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Vidal-Quadras: «Sánchez es un político corrupto en el sentido moral y en el sentido estricto»

Alejo Vidal-Quadras durante su entrevista en El DebateAlfonso Úcar

Entrevista

Alejo Vidal-Quadras: «Sánchez no tiene freno. Cualquier bajeza, disparate o felonía le vale para seguir en la Moncloa»

  • El expolítico y presidente de la Fundación Foro Libertad y Alternativa también ha asegurado que «desde el primer momento» atribuyó su intento de asesinato «al régimen iraní porque era su enemigo público número uno»

  • «Después del atentado tuve un cuadro de depresión, ansiedad y angustia combinados. Ahora estoy bien»

Alejo Vidal-Quadras Roca (Barcelona, 20 de mayo de 1945) es miembro fundador de Vox y estuvo afiliado al PP desde 1983 hasta 2014. El año pasado sufrió un intento de asesinato, sobre el que ha afirmado en su entrevista con El Debate que «no tengo palabras para mi mujer y mis hijos, no sé si lo hubiera superado sin ellos». El próximo 8 de noviembre le entregan el Premio de Honor Centro Diego de Covarrubias 2024 por su «calidad humana e intelectual».

–El domingo 20 de octubre la Plataforma por la España Constitucional ha convocado una manifestación para exigir elecciones generales. ¿Qué se juega España?

–España está en un momento muy preocupante de su historia contemporánea porque el Gobierno de Pedro Sánchez ha llevado al país a un nivel de degradación institucional, moral y social realmente preocupante. Con la manifestación del domingo 20 pretendemos, igual que hicimos en otras anteriores, movilizar a la sociedad civil.

Uno de los problemas que tenemos es que la sociedad española recibe impactos –castigos para su equilibrio mental– continuamente. El último, poner en la calle a los asesinos de Gregorio Ordóñez, de Miguel Ángel Blanco y de Fernando Múgica, una cosa inaudita. O toda la porquería que está saliendo del caso Koldo-Ábalos-Sánchez. Todo eso es algo que a la conciencia colectiva debería despertarla. Pero está la sociedad como anestesiada, porque es tal oleada de ignominias, de traiciones, de mentiras, que el cuerpo social llega un momento que queda aturdido porque ya no puede metabolizar tanto horror. Entonces, a lo que aspiramos es a despertar a esa sociedad.

–¿Qué ha implicado Pedro Sánchez para nuestra democracia?

–Yo a veces me pregunto: ¿qué habremos hecho los españoles para merecer este castigo? Es realmente un castigo bíblico. La política no es el reino de los ángeles. Todos sabemos que, desde los sumerios, no es un espacio de virtudes angelicales. Hay veces que –como teorizó maravillosamente Maquiavelo– el gobernante tiene que actuar traspasando la frontera de la moral convencional por el bien del Estado.

Alejo Vidal-Quadras en la redacción de El Debate

Alejo Vidal-Quadras en la redacción de El DebateAlfonso Úcar

Pero todo tiene un límite. Lo de este hombre no tiene parangón. Gobernar tu nación, a la que te has comprometido a servir, proteger y defender, con aquellos que quieren destruirla; poner a tu nación en manos de sus peores enemigos, los que quieren liquidarla, tú, que has sido votado en una democracia para preservar tu nación, para que tu nación perviva, se fortalezca, y se la entregas a aquellos que quieren acabar con ella. ¡Eso no se ha visto nunca! Yo creo que se estudiará en el futuro como un ejemplo de gobernante totalmente corrupto en el sentido moral, en el sentido político, y por lo que estamos viendo estos días, también en el sentido estricto. O sea, corrupto de forma multifuncional.

Él no tiene freno, no tiene límite. Cualquier bajeza, cualquier disparate, cualquier felonía, le vale con tal de seguir en la Moncloa. Esta técnica, la de la huida hacia adelante y la de ir incrementando las barbaridades, a la oposición y a la sociedad española las desconcierta. Pero claro, llega un momento que esto tiene que acabar, porque es que un proceso así no se puede extender hasta el infinito, ya que acabaría destruyendo todo. Yo creo que el caso Koldo-Ábalos-Sánchez, combinado con el asunto de su esposa, más lo que ya lleva encima –la amnistía, lo de dar a los separatistas catalanes un cupo a la vasca– es una mochila que llegará un momento que será tan pesada que él será aplastado por ese peso. Yo tengo la impresión de que se está acercando su final y no será un final honorable. Va a dejar una memoria de vergüenza, de oprobio.

–El viernes 8 de noviembre le entregan el Premio de Honor Centro Diego de Covarrubias 2024. ¿Qué supone para usted este galardón?

–El Centro Diego de Covarrubias es un centro de pensamiento liberal muy prestigioso en torno a la figura de ese maravilloso fraile que fue Diego de Covarrubias, el padre de muchos de los conceptos de la moderna economía liberal, y que su origen es la Escuela de Salamanca.

Para mí este premio es un gran honor, una gran satisfacción y un respaldo muy grande después de lo que me pasó. Lo agradezco doblemente. Por un lado, por lo que representa como generoso reconocimiento de mi labor política y de creación de opinión. Y después, de apoyo moral en unas circunstancias que podían haber sido trágicas.

El esfuerzo, el trabajo, el reconocimiento del mérito, la búsqueda de la excelencia, el patriotismo… No está en el discurso del PP

–La entidad que le otorga el galardón le sitúa «como adalid del liberalismo humanista cristiano». ¿Hoy en día el humanismo cristiano está falto de representación política en España?

–Lo que era la democracia cristiana famosa –la italiana, o la alemana que ha conservado el nombre, la CDU y la CSU– sin duda en España prácticamente ha desaparecido. El Partido Popular, que sería el que representaría esta corriente, se ha vuelto un partido muy laico, muy burocrático, muy deshuesado ideológicamente. Es una máquina eficaz, de llegar al poder, de gobernar, de conservar el poder. Pero el PP, a mi juicio, tiene una deficiencia; carece de bases conceptuales y morales claramente definidas.

Tanto Mariano Rajoy en su momento como ahora Alberto Núñez Feijóo siempre tienen un cierto pudor para hablar con claridad y rotundidad de determinadas cosas. Por ejemplo, el tema de la familia como institución básica de la sociedad. Ahí se adaptan bastante al mainstream. ¿Cuáles han de ser las virtudes morales que fortalezcan una sociedad? El esfuerzo, el trabajo, el reconocimiento del mérito, la búsqueda de la excelencia, el patriotismo… No está en el discurso del PP. Es un discurso de oposición al socialismo, que me parece bien, porque el socialismo solo trae desgracias, pero no hay un sustrato ideológico, conceptual y moral sólido, fuerte y exhibido con convicción. Es más bien un aparato de gestionar.

–Al día siguiente de la entrega del premio, se cumplirá un año del atentado contra usted. ¿Cómo fue ese momento?

–Iba por la calle, volvía de dar un paseo por el Retiro, y un sicario se me acercó por la espalda y me dijo ‘hola, señor’ con una pistola en la mano. Hay dos tiros que son mortales –los dos tiros de profesional del crimen– en el cuello y a la cabeza. El sicario me iba a disparar al cuello, pero cuando me di la vuelta incliné la cabeza en un ángulo. Entonces él disparó. Y claro, como yo estaba así –inclinado– en vez de ir al cuello, fue la mandíbula. Me atravesó la cara.

Como era la Almudena había mucha gente en la calle y alrededor y pasó una cosa curiosísima. Lo normal es que si tú estás por la calle y ves que un tipo que lleva el casco de la moto puesto le dispara a un señor… (hace un gesto de ‘salir corriendo’) Pero la gente vino. En términos psicológicos es algo extraordinario. La gente vino a ayudar en vez de correr y escaparse. Y claro, como la gente vino, el tipo no pudo matarme porque vio eso y salió corriendo. Tenía una escúter ahí aparcada, y se fue. Entonces, inmediatamente un señor se quitó la chaqueta y me la puso en los agujeros

Alejo Vidal-Quadras durante su entrevista en El Debate

Alejo Vidal-Quadras durante su entrevista en El DebateAlfonso Úcar

–¿Cómo explica que Irán sea capaz de atentar contra usted?

Yo desde el primer momento lo atribuí al régimen iraní porque era su enemigo público número uno. En el Parlamento Europeo apoyaba mucho a la resistencia iraní, al exilio, al Consejo Nacional de Resistencia de Irán, y me distinguí mucho en ese apoyo y en la crítica implacable a las vulneraciones de derechos humanos; al terrorismo del régimen iraní. Ellos, en octubre de 2022 publicaron una lista negra de sus enemigos. Había tres españoles: Hermann Tertsch, Javier Zarzalejos y yo. Pero yo estaba el primero de la lista. Después publicaron una lista de organizaciones, que ellos sancionaban como enemigas, y de las dos primeras de una soy presidente y en la otra fui presidente de honor muchos años, mientras estuve en el Parlamento Europeo. O sea que, como le dije el otro día a un periodista, ‘hombre, méritos hice’ (ríe). Francamente, no pensé que se atrevieran.

Ellos han matado a muchos disidentes iraníes en el exilio. Pero de unos años a esta parte están intentando –aunque por ahora no lo han conseguido– matar a figuras políticas occidentales. Por ejemplo, el FBI desarticuló un complot que iba a matar a John Bolton, el que fue embajador de Estados Unidos en Naciones Unidas y consejero nacional de Seguridad de Trump. No solo matan a iraníes disidentes, que dentro de Irán los matan a miles, y eso no es una figura retórica.

Están ya en este plan. Creo que los gobiernos occidentales deben tomar nota de eso y tomar medidas, porque por ahora, desde mi atentado, no he visto una reacción enérgica de los gobiernos occidentales. Pero bueno.

Estás en una playa, tranquilo, tomando un refresco, y el disfrute es enorme, mucho mayor que antes

–Después de un año, ¿qué ha cambiado en su vida? ¿Tiene miedo de que vuelva a ocurrirle algo parecido?

–Miedo en el sentido de temor incapacitante, no. Inquietud, sí. Una cosa que tuve después del atentado –que fue terrible y es algo típico de las personas que han pasado por este hecho, como las víctimas de ETA o los soldados cuando vuelven de la guerra– se llama shock postraumático. Tuve un cuadro de depresión, ansiedad y angustia combinados que requirió tratamiento médico. Ahora estoy bien.

Si me hubieras visto el 10 de diciembre del año pasado te hubieras asustado. Estaba en un hoyo, como si vivieras dentro de una nube negra y el mundo estuviera afuera. Todos hemos leído sobre el shock postraumático, pero hasta que no lo vives no te das cuenta de lo que es. Necesitas medicación. Y yo ahora ya no tomo nada. Pero fue espantoso. Afortunadamente, ya lo hemos superado en gran medida, aunque siempre te queda un resto de ansiedad. Como un gusanillo; como un 'ay, ay, ay'. Soportable, ¿no? Pero te queda.

La jerarquía, la importancia de los problemas y las cosas, cambia completamente. Aspectos que para ti eran importantísimas de repente te importan un pito, y a lo que le das importancia es a otras cosas. Por ejemplo, la familia. Lo de mi mujer y mis hijos... no tengo palabras. No sé si lo hubiera superado sin ellos. Te das cuenta de dónde está lo realmente relevante en tu vida.

Hay otra cosa que incluso se podría considerar positiva: que disfrutas enormemente con cosas nimias, porque como lo has podido perder todo... No sé. Estás en una playa, tranquilo, tomando un refresco, y el disfrute es enorme, mucho mayor que antes. El otro día me invitaron al concierto de Anna Netrebko en el Real. Todas estas cosas de la vida las disfrutas más porque claro, las has podido perder todas. También hay un aspecto que te recuerda que somos contingentes y que quizás deberíamos estar más atentos a la faceta trascendente de nuestra existencia.

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