Un kamikaze, bebido y drogado, choca de frente y mata a una mujer embarazada y a su bebé de 8 meses
Ha ocurrido en Logroño. Dio positivo en cocaína y alcohol: circuló en sentido contrario 11 kilómetros
Tiene 46 años y se llama David L. J. Este hombre circulaba en sentido contrario con su Audi A4 por la AP-68, a la altura de Lardero, en el término municipal de Logroño. Ha ocurrido este domingo a las 21.50. Circuló como un kamikaze durante 11 kilómetros. Se cruzó con varios conductores que lograron esquivarlo: le dieron las largas y le tocaron el claxon. Le dio lo mismo, siguió hacia delante. El teléfono del 112 empezó a sonar con las advertencias de los que se cruzaban con él.
No sirvió de nada. la Guardia Civil no pudo reaccionar a tiempo. El Audi A4 del kamikaze David chocó de frente con un turismo Kia Ceed. Dentro iban Arturo al volante y Andrea. La mujer de 35 años estaba embarazada de 8 meses. El impacto fue terrible. Los dos coches acabaron hechos un amasijo. Aún así el kamikaze resultó herido leve. También Arturo, el conductor del Kia que no tuvo tiempo a reaccionar. Los que no salvaron la vida fueron Andrea y su bebé de 8 meses.
La Guardia Civil llegó al lugar a los pocos minutos. Hizo pruebas al conductor kamikaze que dio positivo en cocaína y en alcohol: 0,56 en la primera medición. Es decir, bebido para conducir, pero no lo suficiente para no saber lo que hacía.
Hasta hace unos pocos años, este tipo de conductas delictivas se consideraban homicidio imprudente. La pena iba de 1 a 4 años de prisión. En cuanto el conductor pagaba la responsabilidad civil, la condena se establecía por debajo de los dos años y no ingresaba en prisión. Sin embargo, la abogada penalista Bárbara Royo logró un cambio de interpretación jurídica en la Comunidad de Madrid en los casos de los Kamikazes de la M-50 y de la carretera de Extremadura.
Lo que logró fue que se considerase homicidio doloso, es decir, que el tribunal estableciese que el conductor podía imaginarse que yendo borracho y drogado en sentido contrario podía matar a alguien. Así la pena pasó a ser la de un homicidio doloso y aumentó de los dos años habituales a los ocho años de prisión. Es decir, el kamikaze cumple pena de prisión.