¿Es creíble el relato de Sánchez de que echó a Ábalos para relanzar al Gobierno tras la pandemia?
El exministro era el hombre fuerte del presidente del Gobierno. Han pasado algo más de tres años desde su destitución y sigue sin aclararse el por qué mientras las investigaciones le señalan por su «papel principal» en el caso PSOE
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En el despacho de Pedro Sánchez en el Palacio de la Moncloa se encontraban él y su entonces mano derecha, José Luis Ábalos, aquel que en 2017 le acompañó en el proceso de primarias que le llevaron a tomar las riendas de Ferraz y que en 2018 defendió la moción de censura contra Mariano Rajoy en nombre del PSOE. Ambos negociaban la remodelación del Gobierno, casi a mitad de una legislatura que había estado marcada hasta ese momento principalmente por la pandemia. Se habían hablado todos los cambios y de pronto el presidente socialista le lanzó una frase que recibió como un jarro de agua fría. Según ha podido reconstruir El Debate, la conversación habría sido en estos términos:
—Ahora te tienes que ir tú. Y sabes por qué—, le dijo Sánchez.
El entonces ministro de Transportes trató de encajar el golpe, señalando que se quedaba en el PSOE, donde en ese momento ejercía como secretario de Organización, y a todos los efectos lo que se decía en la formación pasaba por él.
—Del partido también—, le contestó el jefe del Ejecutivo.
El 10 de julio Sánchez anunciaba los cambios, que afectaban a siete ministerios, siendo las destituciones más llamativas la de Ábalos y la de la vicepresidenta Carmen Calvo, además de la de su jefe de gabinete o gurú, Iván Redondo. Pero la de Ábalos muy especialmente, por lo repentino de una decisión que le hacía pasar de ser el hombre fuerte en el Gobierno y en el PSOE a ser un diputado más en la bancada socialista. Sobre él ya se cernían varios interrogantes, como varias eran las versiones que dio sobre la visita de Delcy Rodríguez, la número dos de Nicolás Maduro, en enero de 2020, puesto que primero había asegurado que la vicepresidenta de Venezuela, sobre la que pesaba una norma de la UE, no había pisado suelo español, que no hubo reunión, sino un saludo, y más tarde, que trató de convencerla para que no saliera del avión incumpliendo así la norma comunitaria.
Cabe remarcar que, según recoge el informe de la UCO, en mensajes entre Delcy y el empresario Víctor de Aldama, cabecilla de la trama Koldo, señalaban que el 12 de febrero Ábalos, al que se refieren como «el jefe», tuvo «palabras muy duras» con Sánchez, la semana en que iba a tener lugar la votación para la reprobación del entonces titular de Transportes. «No saldrá adelante y por eso está tranquilo, pero el día de hoy es complicado», le dijo Aldama a la dirigente venezolana.
Corrupción en el Ejecutivo de Pedro Sánchez
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«Desde hoy comienza el Gobierno de la recuperación, un Gobierno de mujeres y de hombres, para superar por completo la peor calamidad vivida por la humanidad en décadas (...) y para aprovechar una oportunidad excepcional y poner en pie una España mejor», dijo el presidente desde la Moncloa cuando comunicó la crisis de gobierno.
En una línea similar argumentó este miércoles desde Portugal a la prensa, cuando se le preguntó por la destitución de Ábalos, a quien ayer mismo el juez de la Audiencia Nacional que instruye el caso Koldo pidió imputar por existir «indicios fundados y serios» de la participación del exministro en este caso de corrupción que salpica a varios ministerios y varios cargos socialistas: «En 2021 el Gobierno de España y yo particularmente lo que hice fue una crisis de gobierno para renovar y relanzar al Gobierno de España, la labor del ejecutivo, después de haber sufrido una pandemia terrible. Esa crisis de gobierno profunda que hice a nivel ministerial hizo que el exministro Ábalos saliera del Gobierno (...). Eso es lo que le puedo por enésima vez sobre esta cuestión».
Ese argumento choca, sin embargo, con el aplauso que hacía a la gestión de su Ejecutivo durante la pandemia. Hablaba entonces de «un éxito colectivo» al referirse a la gestión de la Covid y a la estrategia de vacunación que le siguió. Pese a que buscaba con esos cambios «relanzar» o dar un impulso a su Gobierno, según defendía y defiende hoy, del ministro de Sanidad, Salvador Illa, prescindió en enero de 2021, meses antes de esa crisis de gobierno, pero con motivo de las elecciones catalanas que se iban a celebrar en febrero y en las que concurría como candidato; y a Nadia Calviño la mantuvo al frente de Economía, a pesar de que en 2021 la española era de los países más rezagados de la UE respecto a los niveles previos a la pandemia, y las previsiones ante posibles rebrotes del virus no eran nada halagüeñas.
Entre aquel 10 de julio en que Ábalos fue echado del Gobierno oficialmente y el 27 de febrero de 2024, cuando el exministro, recién expulsado del PSOE, anunció que mantendría su escaño, en el Grupo Mixto, y lanzó a los medios un enigmático «yo también tengo muchas respuestas», han pasado tres años, y las incógnitas lejos de crecer aumentan cada día, a la luz de las informaciones que señalan directamente al exministro. Ahora, tras pedir el juez del caso Koldo que el Tribunal Supremo le impute, la oposición no cree que Sánchez, al que la UCO ha señalado como «el 1» de la trama, no supiera qué estaba ocurriendo.