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Detención de un presunto yihadista en GeronaInterior

Un yihadista acepta dos años de prisión aunque dice que «en la cárcel se está bien»

Al condenado se le ha aplicado el atenuante de anomalía o alteración psíquica

Un español ha aceptado en un juicio celebrado en la Audiencia Nacional ser condenado a dos años de prisión por delitos de adoctrinamiento y enaltecimiento del terrorismo y ha declarado: «Estoy arrepentido por lo que he hecho y también se está muy bien en la cárcel, te encuentras a ti mismo, lees y haces deporte».

En la vista que ha tenido lugar este martes S.G.S. ha llegado a un acuerdo de conformidad con la fiscal, que pedía inicialmente para él cuatro años y nueve meses de cárcel, para ver reducida su pena a dos años, que no le supone ingreso en prisión, a cambio de confesar los hechos.

S.G.S., que llevaba en prisión provisional desde el pasado 19 de marzo, es un español convertido al islam que fue detenido después de que fuera descubierto caminando por la localidad de Calonge (Gerona) amenazando a transeúntes con cuchillos de grandes dimensiones.

Anomalía o alteración psíquica

El presidente de la Sala ha comunicado al acusado que en virtud del pacto al que su abogada ha llegado con la fiscal, con el que él ha estado de acuerdo, es condenado a dos años de prisión por los referidos delitos con la circunstancia atenuante de anomalía o alteración psíquica.

Además es condenado a 10 años de libertad vigilada con la obligación de seguir tratamiento médico externo teniendo en cuenta su padecimiento y la prohibición de acudir a la mezquita de Calonge, así como a 14 años de inhabilitación para profesión u oficio educativo. Asimismo, privación del derecho de tenencia y porte de armas de durante cinco años y el pago de una multa de 450 euros.

Según relata el escrito de acusación del fiscal, que ha reconocido el acusado, este «manifestaba un frecuente comportamiento violento contra vecinos, policías locales y otras autoridades de la localidad de Calonge, profiriendo amenazas en este nombre de Dios, haciéndose llamar soldado de Allah, exhibiendo armas blancas de grandes dimensiones».

Además «experimentó un cambio en su apariencia física incardinado en el contexto de la radicalización, que afectaba a la vestimenta y la adopción de símbolos asociados con la ideología yihadista».

También tenía una intensa actividad en redes y en sus dispositivos electrónicos fueron hallados numerosos archivos relativos a organizaciones terroristas como Daesh y Hamás, algunos de ellos «con soflamas y amenazas a España».

«El yihadista»

En mensajes de audio habla de sí mismo como «El yihadista». «Chaval que yo soy el yihadista, me llaman así en mi pueblo, que yo estoy zumbado, que estos no saben dónde se han metido», asegura en uno de ello .

La conversaciones telefónicas que le fueron intervenidas dan cuenta también de expresiones inquietantes del tipo «quiero liarla», «necesito un ejército y una ametralladora» o «la voy a liar y quiero salir en las noticias», siempre según el escrito de acusación de la Fiscalía, que será plasmado en la sentencia fruto del acuerdo de conformidad