«Éste es nuestro momento»
Sánchez pasa del luto al cálculo político y ve cinco oportunidades en mitad de la tragedia
El presidente pretende convertir la catástrofe en el revulsivo que necesitaba para salir de la endiablada espiral en la que está la legislatura. Los Presupuestos son lo primero, pero no lo único
Acostumbrado a tomarse las crisis como oportunidades, Pedro Sánchez no iba a hacer una excepción con la catástrofe natural más devastadora del siglo en España. «Este es nuestro momento», llevaba escrito la ministra de Igualdad entre sus apuntes en una fotografía que el Ministerio de Ana Redondo difundió ayer en la red X y luego se apresuró a borrar, ante la indignación suscitada. Una frase que lo resume todo.
El presidente del Gobierno empezó a destapar sus cartas en la comparecencia de este martes en la Moncloa para anunciar el primer paquete de ayudas a los damnificados, una semana después de la tragedia. Pretende convertir la DANA y sus efectos en un punto de inflexión, en el revulsivo que necesitaba para salir de la endiablada espiral en la que se está metido desde el comienzo del curso. Con los casos Begoña y PSOE desangrando al partido y al Ejecutivo, Junts clamando venganza, ERC rota en dos, Podemos tramando la vuelta de Pablo Iglesias y Yolanda Díaz muy tocada por el escándalo en torno a Íñigo Errejón.
De ésta, Sánchez quiere conseguir una quíntuple carambola. Sacar adelante los Presupuestos de 2025. Dejar herido de muerte a Carlos Mazón y al gobierno del PP en la Comunidad Valenciana. Abrir una grieta profunda entre Alberto Núñez Feijóo y sus baronías. Apartar el caso Begoña del foco mediático y político durante el mayor tiempo posible. Y librar una batalla ideológica contra la derecha sobre la «emergencia climática».
Los Presupuestos de 2025
De todo ello habló el presidente del Gobierno este martes en la Moncloa. En unos casos entre líneas; en otros, abiertamente. De las cuentas públicas lo hizo sin ningún disimulo. Sánchez vinculó la aprobación de nuevas ayudas a los Presupuestos de 2025, en una maniobra que el PP y Vox se apresuraron a calificar de «chantaje».
Para el Ejecutivo, esos Presupuestos no son una opción, sino una necesidad vital: lleva meses sin oxígeno a cuenta de su dependencia de Carles Puigdemont y de los escándalos de corrupción. Sánchez confía en ablandar a sus socios parlamentarios con la baza de esta necesidad sobrevenida de atender «singularmente» a la Comunidad Valenciana. Y, de paso, poner presión a Feijóo, aunque sabe de sobra que el principal partido de la oposición nunca apoyará sus cuentas públicas.
Objetivo: Carlos Mazón
Con Mazón la estrategia del presidente es más sibilina, pero ya se escucha el ruido de sables del PSOE y de sus socios de Compromís ante la que consideran una gestión nefasta por parte del presidente valenciano. El presidente dejó claro ayer que no asumirá el mando, aunque continuará ayudando a Mazón «en todo aquello que seamos requeridos», afirmó.
No asumirá el mando
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Los socialistas piensan impulsar comisiones de investigación en las Cortes Valencianas y en el Congreso, en una estrategia parecida a la empleada contra Isabel Díaz Ayuso por las muertes de ancianos en las residencias durante lo peor de la pandemia. La ministra Diana Morant, que es también líder del PSPV, llevará la voz cantante. Las querellas por responsabilidad penal contra el Ejecutivo valenciano se las dejan a otros actores, pero es de prever que también las haya.
Abrir una grieta a Feijóo
A Feijóo no pueden achacarle ningún error de gestión, pero sí atacar una de sus fortalezas: su relación con los gobiernos autonómicos del PP, punta de lanza de su labor de oposición. Sánchez ya intentó abrirle grietas ofreciendo a las comunidades del PP quitas de deuda y financiaciones singulares, pero no logró romper las filas populares durante su ronda de reuniones bilaterales en la Moncloa.
Feijóo ha hecho parte del trabajo al presidente del Gobierno reclamándole que declare la emergencia nacional, en contra del criterio de Mazón. En su intervención de este martes, el presidente aludió a esa divergencia de criterios entre la dirección nacional del PP y su barón valenciano. Ayuso, que se precia de tener buen olfato político, no ha querido entrar en esa disputa interna, en la que todos en el PP pierden y nadie gana. Salvo el PSOE.
¿Qué caso Begoña?
Lógicamente, la DANA ha dejado el caso Begoña en un segundo plano, para respiro de Sánchez, al que le conviene estirar esta tregua todo lo posible. Sobre todo viniendo de un mes de octubre funesto: la Audiencia Provincial de Madrid avaló por segunda vez la instrucción del juez Juan Carlos Peinado, el TSJ de Madrid desestimó las querellas presentadas contra él por el presidente y su esposa y el magistrado imputó a Begoña Gómez dos nuevos delitos: apropiación indebida e intrusismo por el software de la Complutense.
Ribera y la batalla ideológica
La última ventana de oportunidad para Sánchez es la batalla ideológica frente a los que llama «negacionistas del cambio climático». «En anteriores ocasiones he llegado a decir, y se ha criticado por parte de algunos, que el cambio climático mata. Y lo estamos viendo, por desgracia, y tenemos que adaptarnos a esta realidad. No es menor que los negacionistas del cambio climático a quien hayan presentado una querella primero es a la ciencia, a la AEMET», afirmó el presidente desde la Moncloa.
La terrible DANA se ha producido a pocas fechas de que la vicepresidenta Teresa Ribera se examine como vicepresidenta de la Comisión Europea y comisaria de la Competencia y de la Transición Verde, encargada de las políticas medioambientales y la descarbonización. El PP anunció hace un mes que no apoyaría su nombramiento, como el PSOE hizo con el popular Miguel Arias Cañete en 2014. «Una mala ministra para España no puede ser una buena comisaria», argumentaron los populares. Pero en el Gobierno consideran que los efectos tan devastadores provocados por la gota fría hablan por sí solos en favor del nombramiento de Ribera. Y que, además, deberían hacer al PP reconsiderar su postura.
Del luto nacional al cálculo político particular.