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La exministra de Igualdad, Irene MonteroEuropa Press

La doble vara de Montero: apoya la marcha contra Mazón pero calificó de «reaccionarios» a los manifestantes de Ferraz

Una vez más, la exministra de Igualdad y actual eurodiputada, Irene Montero, ha vuelto a sacar a relucir su doble vara de medir. En un mensaje publicado en su cuenta de X, Montero ha reivindicado la protesta que ha tenido lugar este sábado contra el presidente de la Comunidad Valenciana, el 'popular' Carlos Mazón. En un momento dado de la marcha, el clima de crispación ha llegado a niveles desorbitados, desencadenándose una batalla campal entre los manifestantes y los agentes de Policía. Esto no ha pasado invertido para la exministra, quien cargaba en sus redes sociales contra la actuación policial.

«¿Quién ha tomado la decisión de ordenar cargas contra un pueblo que pide justicia? El Estado está para hacer frente a la catástrofe, no para pegar palos. Vergüenza», compartía Montero en X.

De hecho, este no ha sido el único mensaje de la eurodiputada. Durante toda la tarde su perfil ha estado repleto de publicaciones pidiendo, entre otras cosas, la dimisión del presidente de la 'Comunitat', incluso llegando a compartir los mensajes de Canal Red.

Sorprende la manera de actuar de Montero teniendo en cuenta lo que sucedió hace escasos meses. Tenemos que retroceder a noviembre de 2023. Durante varias semanas, la sede del PSOE en Ferraz fue el escenario elegido por miles de manifestantes para criticar la ley de amnistía del Gobierno central. Tal como ha ocurrido ahora, en distintas ocasiones se sucedieron las cargas entre los agentes policiales y los manifestantes allí reunidos, algo que fue interpretado de distinta manera por la exministra.

En aquella ocasión, la actual eurodiputada llegó a reivindicar que a los «reaccionarios se les frena con más feminismo y derechos».

«La ofensiva reaccionaria, alentada por sectores poderosos del Estado, es desprecio a la democracia, machismo y masculinidad hegemónica exaltada», escribió Irene Montero en redes, alegando que «no les gusta que España signifique feminismo, diversidad, democracia».