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El líder del PSOE-M, Juan Lobato, en su breve declaración de este martes

El líder del PSOE-M, Juan Lobato, en su breve declaración de este martesEFE

Estalla la guerra

El sanchismo desata su ira contra Juan Lobato a tres días del Congreso del PSOE

Se suponía que el cónclave que arranca este viernes en Sevilla iba a ser un paseo militar para Sánchez, pero entre Aldama y el líder del PSOE-M lo han hecho saltar por los aires

Víctor de Aldama colocó los explosivos con su declaración del jueves ante el juez Ismael Moreno y Juan Lobato los ha hecho estallar. La decisión del líder del PSOE-M de declarar la guerra a Pedro Sánchez y al aparato del PSOE en lugar de rendirse y dimitir ha terminado por dinamitar el 41 º Congreso Federal que los socialistas celebran desde este viernes en Sevilla.

Se trata de un cónclave adelantado casi un año por decisión del jefe de filas del PSOE y pensado como un paseo militar que ya no será tal. Será, por el contrario, el primer campo de batalla real en el que se vean las caras la dirección socialista y los rebeldes. Juan Lobato, sí, pero también el castellano y leonés Luis Tudanca, el andaluz Juan Espadas, el extremeño Miguel Ángel Gallardo y el aragonés Javier Lambán. Federaciones, todas ellas, donde Ferraz quiere cortar cabezas.

También estará el castellano-manchego Emiliano García-Page, pero contra él y su mayoría absoluta no pueden hacer nada el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, y el resto. Cerdán, por cierto, acudirá a Sevilla con la mancha de Aldama en la solapa, que la semana pasada le acusó de cobrar 15.000 euros de la trama.

La maniobra de Lobato ha enfadado en Moncloa y Ferraz mucho más de lo que lo hizo la de Tudanca en octubre, cuando el líder del PSOECyL convocó unas primarias antes del Congreso Federal para blindarse. En Madrid se las suspendieron, manu militari, y a otra cosa. Lo del secretario general del PSOE-M va más allá de eso. Los generales sanchistas le acusan de alta traición por irse a un notario -noticia que adelantó ABC- para armarse ante Óscar López ante unas hipotéticas primarias contra el ahora ministro, el elegido de Sánchez para dirigir el socialismo madrileño.

El ministro para la Transformación Digital y de la Función Pública, Óscar López

El ministro para la Transformación Digital y de la Función Pública, Óscar LópezEuropa Press

Lobato compareció este martes por espacio de apenas tres minutos y denunció el «linchamiento» de los suyos. Pero, además, insinuó que Moncloa (a través de Pilar Sánchez Acera) le mintió sobre el origen de la filtración de los datos sobre el novio de Isabel Díaz Ayuso. Y añadió que sería «bastante grave» que esa documentación no tuviera «un origen lícito». Ello significaría que Moncloa tuvo acceso y utilizó políticamente una documentación restringida exclusivamente a Alberto González Amador, su abogado y el fiscal de su caso. Todo para atacar a la presidenta madrileña, obsesión y perdición del presidente del Gobierno.

¿Qué ficha moverá Sánchez?

La comparecencia de Lobato no ha hecho sino aumentar el enfado en el PSOE y también en buena parte del PSOE-M. A solo 72 horas del Congreso Federal de Sevilla, es de prever que el partido no se quede de brazos cruzados, sino que mueva ficha. La cuestión es cuál. Después del golpe palaciego que el propio Sánchez sufrió a finales de septiembre de 2016, cuando le dimitió la mitad de su Comisión Ejecutiva Federal para hacerlo caer (forzando la disolución de la Ejecutiva y la designación de una gestora), el PSOE cambió los Estatutos. De manera que, desde 2018, no es posible una maniobra interna así para deponer a ningún secretario general: solo puede decidirlo la militancia.

Además, Ferraz no le puede prohibir estar el fin de semana en Sevilla, como tampoco pudo impedir que José Luis Ábalos estuviera en el 40º Congreso Federal en octubre de 2021 en Valencia, cuando ya había sido defenestrado y su presencia era más que incómoda. Lobato declarará el viernes ante el magistrado de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo Ángel Hurtado y, después, pretende encabezar la delegación del PSOE-M en el cónclave socialista. Lo que implica que toda la atención gire en torno a él, de entre los más de 1.000 delegados que asistirán a la cita.

Precisamente este lunes en que surgió la polémica, el PSOE hizo público el lema del 41º Congreso Federal: España adelanta por la izquierda. E informaba en una nota de prensa: «Los más de mil delegados que se darán cita en Sevilla debatirán para adoptar unas resoluciones que marcarán la política del PSOE, y de nuestro país, para los próximos años. Miramos a 2030, con las soluciones necesarias para estar siempre al lado de la gente. La Ponencia Marco presentada a todos los 170.000 militantes del PSOE, y las enmiendas que a ésta se han realizado, crearán un documento que será la brújula del progreso, el crecimiento y la justicia social en España». Pero nada de eso será de lo que se hable y se pregunte en los márgenes de un Congreso donde los tambores de guerra sonarán antes y más fuerte que el himno del PSOE. En realidad, ya están sonando.

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