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Barriada de El Príncipe de CeutaPablo Ojer

Vecinos de Ceuta apedrearon a la Guardia Civil cuando procedieron a detener a un presunto yihadista

El suceso se ha producido en la barriada de El Príncipe

Los agentes de la Guardia Civil que la pasada madrugada procedieron a la detención de una persona acusada de auto adoctrinarse en el yihadismo y lanzar en redes sociales proclamas a favor del terrorismo fueron apedreados por los vecinos de la barriada de El Príncipe de Ceuta.

La operación tuvo lugar a las 5 de la madrugada y con una «importante presencia policial», según explica la Guardia Civil. En concreto, participaron unidades de la Unidad Central de Información de Madrid en colaboración con el Grupo de Información de Ceuta. Pero aún con todo, los agentes tuvieron que esquivar las pedradas que les lanzaron algunos vecinos. No obstante, no se han registrado detenciones por estas acciones.

El hombre detenido este martes en Ceuta por su presunta vinculación con el terrorismo yihadista estaría relacionado con labores de auto adoctrinamiento y la utilización de las redes sociales para divulgar sus proclamas yihadistas.

Según han dicho a EFE fuentes próximas a la investigación, la detención se ha practicado tras una labor de investigación realizada por la Guardia Civil a raíz de la actitud demostrada por el arrestado en relación con el yihadismo y sus comentarios a través de las redes.

Esta detención no tiene nada que ver con la operación que la Policía Nacional llevó a cabo en la misma barriada de Ceuta el pasado día 22 y en la que fueron detenidas cuatro personas por su vinculación con una organización yihadista.

Precisamente, la Policía Nacional ha destacado este martes que los cuatro detenidos en Ceuta formaban parte de un grupo que constituía una «amenaza real», por lo que fueron detenidas nueve personas en España y Marruecos muy radicalizadas y adheridas a la organización terrorista Daesh.

Este tipo de acciones en las que son recibidos a pedradas es una de la muchas por las que las asociaciones y sindicatos policiales reclaman que su trabajo sea declarado como profesión de riesgo.