![Gregorio Ordóñez fue asesinado el 23 de enero de 1995](https://imagenes.eldebate.com/files/new_main_image/files/fp/uploads/2024/01/22/65aeadb99c96e.r_d.384-306-15000.jpeg)
Gregorio Ordóñez fue asesinado el 23 de enero de 1995
En el 30 aniversario del asesinato de Gregorio Ordóñez
Así prepararon el asesinato de Gregorio Ordóñez que cambió la vida política en el País Vasco
El asesinato de Gregorio Ordóñez fue el crimen que el que se inauguró la denominada «socialización del sufrimiento» que aprobaron ETA y Herri Batasuna
Apenas pasaban unos minutos de las 15:30 horas de aquel lluvioso, triste y lánguido 23 de enero de 1995 cuando las emisoras de radio cortaron su emisión habitual: «Acabamos de tener conocimiento de un nuevo atentado que podría ser obra de ETA. El teniente de alcalde de San Sebastián, Gregorio Ordóñez acaba de ser tiroteado en un bar de la parte vieja de la capital guipuzcoana». Aún tardaron algunos minutos más en confirmar que el también parlamentario vasco y presidente del PP de Guipúzcoa había muerto.
Se podría decir que ETA comenzó a matar a Gregorio Ordóñez años antes, en los años 80, cuando asomaba a la vida política, ya comenzaron a llegar amenazas, pintadas, llamadas telefónicas. «Recuerdo que le conocí en 1982. Ya me hablaron de un chaval que llamaba la atención», recordaba el expresidente del Gobierno, José María Aznar, en el documental 'Esta es una historia real', producido por el Observatorio CEU-Cefas sobre las víctimas del terrorismo de la Fundación CEU San Pablo.
Incluso cuatro días antes de que fuera asesinado, el 19 de enero de aquel 1995, víspera del día grande de la ciudad de San Sebastián, ETA ya intentó acabar con su vida. Pero algo falló, «los terroristas no veían clara su huida», asegura un experto en terrorismo.
El díscolo Lasarte
Así que el verdadero acto de asesinato se inició unos instantes antes de las 15:00 de aquel 23 de enero. Fue entonces cuando el díscolo etarra Valentín Lasarte se encontraba 'de txikitos' en la parte vieja de San Sebastián. Lasarte siempre fue un quebradero de cabeza para los comandos etarras por su desobediencia. Y ese día no iba a ser menos, salió sin miedo a ser identificado. Pero en esa ocasión le sirvió para ver a Gregorio Ordóñez con su equipo del Ayuntamiento de San Sebastián, entre el que se encontraba la después política María San Gil, saliendo del edificio consistorial y entrando en el bar La Cepa, situado a unas decenas de metros, en plena calle 31 de Agosto.Valentín Lasarte llegó a entrar en el establecimiento para cerciorarse de dónde se sentaba el tan ansiado objetivo terrorista. Sus continuos llamamientos a la rebelión ciudadana contra el imperio de la violencia abertzale enervó a los terroristas porque Gregorio Ordóñez era cada vez más conocido y seguido.
Lasarte corrió al piso franco en el que se escondía el 'Comando Donosti' y que se situaba a poco más de un kilómetro del bar La Cepa, en el barrio de Gros. Allí le esperaban impacientes Javier García Gaztelu 'Txapote' y Ramón Carasatorre 'Zapata'. Pero tras recibir el aviso, no dudaron, se enfundaron en sendos chubasqueros, cogieron sus pistolas y corrieron hacia el lugar que les había indicado Valentín Lasarte.
Carasatorre y 'Txapote' entraron en el establecimiento y se dirigieron hacia la mesa donde Lasarte les había dicho que se encontraba Ordoñez y sus acompañantes. Probablemente 'Txapote' se situó detrás de la víctima a la que descerrajó un tiro en la cabeza que provocó su muerte en el acto. La sentencia no confirma que 'Txapote' fuera el autor del disparo, pero sí fue el autor material de los asesinatos de los policías Alfonso Marciano y Enrique Nieto, realizados con esa misma pistola Browning de 9 milímetros Parabellum. «Entró alguien» y puso a Ordóñez una pistola en la nuca. «Al segundo se desfiguró la cara de Gregorio y cayó al suelo. Y yo me marché. Salí corriendo detrás de la persona que empuñaba el arma», narró María San Gil en el juicio contra Carasatorre que se celebró en 2011.
![Vea la entrevista a María San Gil en Enfamilia](https://imagenes.eldebate.com/files/related_image/files/fp/uploads/2023/12/07/6571eaae994b2.r_d.351-483.png)
La rendición de Sánchez ante los herederos de ETA
María San Gil: «ETA ahora tiene más cerca que nunca la consecución de su proyecto político»
Los dos terroristas huyeron sin quitarse la capucha, caminando deprisa pero sin correr, y allí quedó Gregorio Ordóñez, el referente de la política vasca, al que todas las encuestas daban como siguiente alcalde de San Sebastián, «la ilusión de su vida», en palabras de su viuda Ana Iribar.
Nueva era política
Sin embargo, ese disparo de 'Txapote', ese crimen, marcó un antes y un después en la política vasca. Para lo bueno, y para lo malo.
Para lo malo porque fue el primer asesinato de estrategia llamada «socialización del sufrimiento» aprobada por ETA, pero también por Herri Batasuna, en la ponencia 'Oldartzen' según la cual los concejales socialistas y populares, jueces, funcionarios, periodistas, abogados… prácticamente todos los sectores de la sociedad comenzaron a ser objetivos prioritarios de los terroristas.
Y el miedo se extendió. Y cientos de personas tuvieron que vivir con la sombra de un escolta a sus espaldas. Aquel crimen imposibilitó seguir la política que llevaba Gregorio Ordóñez. La propia María San Gil recuerda que la puerta de sus despacho se abría a las 7:30 de la mañana para recibir a todo aquel que quisiera pedir algo. Después de su asesinato, los políticos ya no se podían acercar de esa manera a los ciudadanos.
![El féretro de Gregorio Ordóñez en la capilla ardiente](https://imagenes.eldebate.com/files/vertical_composte_image/uploads/2025/01/22/679153ee53552.jpeg)
El féretro de Gregorio Ordóñez en la capilla ardiente
Pero ese asesinato también provocó que toda una generación de jóvenes se lanzaran al mundo de la política. Y los partidos constitucionalistas del País Vasco estuvieron integrados por todos esos jóvenes que vieron en Gregorio Ordóñez un referente de valentía y tras su asesinato se convencieron que tenían que seguir sus palabras.
«Hay una frase que dice que los hombres normales no saben que todo es posible. Gregorio era normal en un lugar totalmente local y totalmente hostil. Y, sin embargo, pensaba que todo era posible», homenajeaba el autor del documental 'Esta es una historia real', Iñaki Arteta el pasado martes.