La suciedad y los barrios pobres de Sevilla centran las críticas de la oposición al alcalde socialista Antonio Muñoz

El alcalde de Sevilla, Antonio Muñoz, afrontaba este jueves su primer debate sobre el estado de la ciudad. Muñoz es consciente de las deficiencias que arrastra la capital hispalense; sabía, por ende, los aspectos en que la oposición iba a centrar sus críticas. Siete meses lleva en el cargo, desde que su antecesor, Juan Espadas, abandonara la Alcaldía para enfocarse en sus aspiraciones electorales a nivel autonómico; pero los asuntos pendientes siguen siendo los mismos.

Así pues, en su intervención inicial, más que a analizar los problemas que acumula Sevilla, sobre todo si nos referimos a basura, Muñoz se ha dedicado a realizar anuncios. Ha anunciado, entre otras cosas, una reducción del 30 % en todos los títulos de transporte de la empresa municipal de autobuses urbanos, Tussam, a excepción de los billetes univiajes; 1.200 contrataciones para reforzar «distintos» servicios públicos a partir del 1 de septiembre, o el empleo de 126 nuevos operarios en Lipasam para la limpieza viaria por las tardes.

Además, ha culpado a Endesa de los cortes de luz en algunas zonas de los distritos Cerro-Amate, Este-Alcosa-Torreblanca o Sur por falta de inversiones, y del mismo modo, ha señalado que es la Agencia Andaluza de la Energía, dependiente de la Junta, la responsable de realizar las inspecciones correspondientes. El problema de los cortes de luz ha provocado la irrupción en el pleno de una veintena de personas con carteles contra la compañía eléctrica; la presidenta del Pleno, Sonia Gaya, ha ordenado a la Policía Local el desalojo de los manifestantes del Salón Colón de la Casa Consistorial.

La preocupación por la situación crónica de los barrios más pobres de Sevilla, y también España, y el estado de suciedad de la ciudad han marcado el debate. Desde Adelante Sevilla y la concejala no adscrita, Sandra Heredia, hasta Vox han coincidido en la escasez de limpieza. La portavoz de Vox, Cristina Peláez, ha incidido en la «inasumible» tasa de absentismo y la falta de personal y de medios en Lipasam. Peláez, además, ha destacado el aumento de la criminalidad y la carencia de efectivos de la Policía Local.

Por su parte, Álvaro Pimentel, portavoz de Ciudadanos, ha resaltado la necesidad de mejorar los polígonos industriales y la pérdida de población que ha sufrido Sevilla en los últimos años. Pimentel ha denunciado también la «situación de parálisis» que vive la ciudad y que se debe, según el portavoz del PP, Juan de la Rosa, a las «falsas promesas» y los proyectos abandonados por el Gobierno municipal, que ha dejado «millones sin ejecutar» (sólo ha ejecutado el 20 % de las inversiones) y barrios «descuidados».

«Su versión apocalíptica de Sevilla no es la vivencia del día a día de nuestra ciudad», ha afirmado el portavoz del PSOE, Juan Manuel Flores, en defensa del Gobierno municipal. Los males, algunos endémicos, como la pobreza (no la desigualdad) en algunos barrios de la capital hispalense, son «eventos excepcionales», según Flores, que no se ha referido al tema de la limpieza.

En su turno de réplica, Antonio Muñoz ha reprochado a la oposición el «paisaje apocalíptico» que ésta ha dibujado. Ha apuntado que el asunto de la pobreza es un problema estructural y que el Ayuntamiento no puede abordar solo. Ha presumido, asimismo, de «conciliar intereses» y sentar en la mesa a la ministra de Industria, Reyes Maroto, y el antiguo consejero de la rama, Rogelio Velasco, para tratar de salvar Abengoa.

Cristina Peláez (Vox) ha lamentado el «carácter electoralista» que los socialistas han «conferido» al pleno y los ha acusado de «echar balones fuera», y el portavoz de Adelante Sevilla, Daniel González Rojas, que el alcalde siga «instalado en la propaganda». Juan de la Rosa (PP) ha señalado el «suspenso rotundo» con el que la oposición en su totalidad evalúa la gestión de Antonio Muñoz al frente del Ayuntamiento de Sevilla.