Juan Espadas, con su eslogan «Si votamos, ganamos»Pepo Herrera/ PSOE

Andalucía

Espadas imprime su sello en el PSOE-A para encontrar su sitio en la oposición

El líder de los socialistas andaluces mostró su perfil conciliador tras su reunión con Juanma Moreno y se aproxima al PP-A

El resultado electoral que cosechó el PSOE-A en las autonómicas que se celebraron el pasado 19 de junio profundizó en la crisis que iniciaron los socialistas el 2 de diciembre de 2018. En aquellos comicios, los del puño y la rosa ya firmaron, a pesar de su victoria, su peor resultado en unas andaluzas: 33 escaños. Así pues, el PSOE-A tocó, de nuevo, fondo en las últimas elecciones, donde obtuvo 30 asientos.

El 2-D comportó un cambio de Gobierno que dejó en shock al PSOE-A, después de casi 37 años de socialismo en la Junta de Andalucía. El partido no reaccionó hasta el tercer año de legislatura, en 2021, cuando Pedro Sánchez decide relevar a Susana Díaz y poner a Juan Espadas al frente del PSOE-A. Espadas, ya como secretario general, emprendió una renovación en la federación socialista andaluza para hacer olvidar el pasado de corrupción de su organización.

Dicha renovación quedó patente, primero, en la ejecutiva saliente del congreso regional del PSOE-A que tuvo lugar en noviembre y, luego, en las listas para los comicios del 19 de junio. Espadas reclutó a Ángeles Férriz, relegada a un segundo plano por Susana Díaz, y Noel López, en su apuesta por el municipalismo, para formar su séquito. Para el 19-J, el 70 % de los candidatos socialistas eran nuevos.

La mayoría absoluta que logró Juanma Moreno descolocó al PSOE-A, donde habían asumido el triunfo del Partido Popular pero no esperaban uno de la magnitud de los 58 escaños que consiguió el PP-A. Espadas no era muy conocido fuera de Sevilla; esta circunstancia lastraba su candidatura. La dependencia presencial respecto de Sánchez, antagonista del simpático Moreno, así como la llamada al voto útil contra Vox, les resultaron contraproducentes a los socialistas.

Ahora, con el altavoz parlamentario y cuatro años por delante, el exalcalde de Sevilla, un corredor de fondo, empieza a construir su imagen y reconstruir al PSOE-A a largo plazo, sin las prisas de presentarse a unas elecciones nada más llegar. Espadas ya da muestras del perfil que puede adoptar en la nueva legislatura; muy similar al del presidente de la Junta.

El ejemplo de Sevilla

En el Ayuntamiento hispalense, Juan Espadas ya resistió una mayoría absoluta del Partido Popular. En 2011, Juan Ignacio Zoido firmó el mejor resultado del PP en la capital (20 de 33 concejales), mientras que Espadas soportó el peor del PSOE (11). En 2015, el socialista aprovechó el batacazo de Zoido (de 20 a 12 ediles) para auparse a la Alcaldía mediante un pacto de investidura con Ciudadanos y la izquierda radical, y durante su primer mandato, alcanzó acuerdos con todos los grupos municipales e incluso pactó los presupuestos de 2018 con el PP.

El secretario general del PSOE-A tiene su ascenso a la Alcaldía de Sevilla como ejemplo, que toma en su primer acercamiento a Juanma Moreno. Tras la reunión que mantuvo con el dirigente autonómico el jueves en San Telmo, mostró su perfil conciliador. Apeló a la «cultura del acuerdo», un concepto que podría emplear perfectamente el propio Moreno.

Espadas quiere «huir de la confrontación» entre administraciones, entre el Gobierno de Sánchez y la Junta de Andalucía, y «evitar la contaminación permanente» de la política nacional en lo autonómico y lo municipal. Pide un «debate propio» de la política andaluza, porque su «escenario» es Andalucía, donde busca aislarse del ruido que lleva consigo Sánchez allá por donde va, como se pudo ver y escuchar hace dos sábados en Sevilla.

Espadas «singulariza» la estrategia del PSOE-A, en el que ya imprime su sello; aunque los socialistas andaluces se aproximan al Gobierno de Moreno como el PP al de Sánchez, para encontrar su sitio en la oposición y tratar de influir desde ahí. No obstante, los perfiles de Moreno y Espadas son mucho más parecidos que los de Sánchez y Feijóo.

«Podemos llegar a los mismos desacuerdos que se producen en Madrid o no en función de la voluntad de las partes, porque las partes, más allá de que seamos de los mismos partidos, somos diferentes», manifestó el secretario general del PSOE-A, que pretende hacer una oposición «firme y propositiva».