Caso ERE
Cómo será la vida de Griñán en prisión: módulo de respeto y compañía, a la espera del indulto
El expresidente de Andalucía podría tener como compañero de celda a otro condenado por los ERE
La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Sevilla denegó el pasado 15 de noviembre al expresidente de la Junta de Andalucía José Antonio Griñán, así como a otros siete antiguos altos cargos de la Administración autonómica condenados por delitos de prevaricación y malversación en el caso ERE, la suspensión de las penas de cárcel mientras el Gobierno de Pedro Sánchez tramita el indulto. Además, el tribunal dio a Griñán un plazo de diez días para comparecer ante la Sala para su ingreso en prisión.
Así pues, se dará sí o sí, a menos que el Gobierno conceda un indulto exprés, la histórica imagen del expresidente andaluz entrando en la cárcel. No obstante, el recurso de súplica que interpuso su abogado, José María Calero, contra el auto de la Audiencia de Sevilla que deniega su petición de suspender el ingreso en prisión de José Antonio Griñán, ha permitido a este ganar tiempo. La defensa solicitó al tribunal ampliar el plazo a tres meses. La Sala tiene pendiente resolver el recurso.
El Tribunal Supremo ha admitido a trámite el incidente de nulidad que presentó Calero contra la sentencia del propio Alto Tribunal que ratificó la condena de Griñán a seis años y dos días de cárcel por prevaricación y malversación, como dictara la Audiencia de Sevilla el 19 de noviembre de 2019. Sin embargo, se trata de un paso habitual en este tipo de procedimientos que, como ya advirtiera el Supremo en una diligencia de ordenación emitida el pasado 15 de noviembre, «no suspende ni paraliza» la ejecutoria que dispone el ingreso en prisión del exdirigente autonómico, que se producirá, como muy tarde, a principios de diciembre.
Ingreso en prisión
En cualquier caso, José Antonio Griñán entrará en la cárcel cuando el auto de la Audiencia de Sevilla sea firme, una vez resuelto el recurso de súplica. En ese momento, el tribunal citará al expresidente de la Junta de Andalucía para su ingreso voluntario en prisión. Si Griñán no acude al llamamiento, la Audiencia dictaría una orden de busca y captura. Cuando se persone ante la Sala, el condenado recibirá dos documentos con los que podrá ingresar en cualquier centro penitenciario del Estado español: el testimonio de la sentencia (copia sellada por el letrado de la Administración de Justicia) y la liquidación de condena (cuándo comienza el cumplimiento de la pena y cuándo finaliza).
El Centro Penitenciario de Sevilla I puede ser el destino probable de José Antonio Griñán. Esta cárcel, a las afueras de la capital, es la más cercana a su domicilio, donde apura sus últimas horas en libertad rodeado de los suyos. Allí, los funcionarios procederían a su identificación, tomarían nota de sus datos de filiación (nombre, apellidos, dirección en libertad) y efectuarían un cacheo personal y un registro de enseres (requisando los objetos no autorizados), para luego conducirlo al módulo de ingreso, donde pasaría los primeros días hasta que le adjudiquen un módulo, en función de su perfil.
Módulo de respeto hasta el indulto
Por ser «primerizo», el tipo de delito, la predisposición a acatar normas o la edad, no por ser quien es, a José Antonio Griñán se le asignará un módulo de respeto. Su celda no será distinta del resto de los 'chabolos' –las celdas, en el argot penitenciario–, pero el expresidente de la Junta de Andalucía deberá cumplir una serie de normas, por lo general de higiene y de convivencia, para conservar el estatus. Además, tendrá un 'comité de bienvenida', formado por tres o cuatro presos que le enseñarán el módulo.
Puede que alguno de los reclusos que lo guíen por el módulo sea su compañero de celda, o algún otro condenado en el caso ERE, ya que todos ellos podrían ingresar en un módulo de respeto. Si comparte o no 'chabolo' dependerá de su examen psicológico, pudiendo entrar incluso en protocolo de prevención de suicidio, que supondría acompañamiento permanente. La sentencia del Tribunal Supremo, del que esperaba una absolución del delito de malversación que le hubiera permitido eludir la cárcel, fue un mazazo para Griñán, que, anímicamente muy afectado, apenas sale de su casa.
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El 71 % de los andaluces se opone al indulto a Griñán, según el CIS autonómico
José Antonio Griñán debería cumplir una cuarta parte de la pena, es decir, año y medio de prisión, para acceder a los permisos ordinarios de salida, siempre y cuando, además, no se observe en él mala conducta. Disfrutaría del primero en la primavera de 2024, aunque espera que su salida definitiva se produzca mucho antes. El Gobierno ya prepara su indulto.