Balance
El año de la mayoría absoluta de Juanma Moreno que deja al PSOE en la cuneta
Los populares obtuvieron 58 escaños en unas elecciones donde los socialistas se pegaron otro batacazo; Vox no cumplió con sus propias expectativas, y Ciudadanos se descalabró
Acaba 2022, un año marcado políticamente en Andalucía por las elecciones autonómicas que, finalmente, tuvieron lugar el 19 de junio. Ni la fecha ni los resultados de las mismas se contemplaban a principios de año. Se sabía que habría elecciones, pero más tarde, y que el PP podía ganarlas, pero no de la forma en que lo hizo. Los populares andaluces, liderados por Juanma Moreno, lograron por primera vez en la historia lo que nadie podía imaginar cuatro años atrás: una mayoría absoluta.
El presidente de la Junta de Andalucía resistió la tentación de adelantar los comicios todo lo que pudo y cuando la anterior dirección nacional de su partido lo presionaba para ello. No obstante, dio el paso, ya con plena autonomía, cuando el rechazo de la oposición a los presupuestos para este 2022 le dio la razón de peso que necesitaba. La prórroga de las cuentas de 2021 no era compatible con la inflación reinante.
Convocadas las elecciones, no sin antes jugar con las fechas, Moreno pidió gobernar en solitario, y la mayoría absoluta de los andaluces se lo concedieron: 58 escaños de los 109 que componen el Parlamento de Andalucía. Un número, el 58, que se tatuaba el pasado mes de octubre. Su tatuador le auguró una mayoría absoluta, y el dirigente autonómico le prometió que, si superaba los 52 diputados (el doble de los que obtuvo en diciembre de 2018), se grababa con tinta el resultado. Dicho y hecho.
La mayoría absoluta ha convertido a Juanma Moreno en el barón de referencia del PP, junto con Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, que él tiene como referencia. Los populares andaluces han adquirido en la ejecutiva de Alberto Núñez Feijóo el peso que demandaban, con Elías Bendodo, quien fuera mano derecha de Moreno en el Gobierno 'del cambio', como número tres del partido. Lejos quedan ya los enfrentamientos con la anterior cúpula del PP.
El descalabro de Cs
La otra cara de la moneda de aquellas elecciones andaluzas le tocó a Ciudadanos, que compartía Consejo de Gobierno con el PP. Mientras los populares triunfaban en las urnas, los naranjas se hundían en ellas. La magnitud del descalabro de Cs fue tal que el partido desapareció del Parlamento de Andalucía: pasó de 21 a cero escaños. Juanma Moreno también sacó rédito del trabajo de las cinco consejerías naranjas.
Tan positiva le resultó a Moreno la labor de Ciudadanos en la Administración autonómica que decidió fichar a sus principales dirigentes, aunque sólo Rocío Blanco, consejera de Empleo, permanecería en el Consejo de Gobierno andaluz. Blanco, que fue fichada como independiente por Cs en 2019, perdería tal condición afiliándose al Partido Popular tras incorporarse a la Vicesecretaría de Economía del PP nacional.
Del mismo modo, la ex de Igualdad, Rocío Ruiz, sería elegida por los populares miembro del Consejo Audiovisual de Andalucía, mientras que Juan Marín, el que fuera vicepresidente autonómico y líder regional de Ciudadanos, sería nombrado presidente del Consejo Económico y Social (CES) de Andalucía. Además, Marta Bosquet, quien fuera presidenta del Parlamento andaluz, sería reclutada para dirigir el Ifapa, ente dependiente de la Consejería de Agricultura. Ya ninguno milita en la formación naranja.
El bluf de Olona
Ciudadanos y sus intentos de echar al PP de otras alcaldías y otras presidencias autonómicas junto con el PSOE eran la razón que esgrimía Vox para pedir un adelanto electoral en Andalucía. Los de Santiago Abascal eran el apoyo del Gobierno 'del cambio', gracias al cual éste sacó adelante los presupuestos para 2019, 2020 y 2021, y sin el cual, además, no hubiera habido siquiera 'cambio'. Y el rechazo al presupuesto para 2022, que consumó la ruptura entre el Ejecutivo y su socio, propició el adelanto electoral.
Pero antes se celebraron comicios en Castilla y León, por los que Vox consiguió tocar poder, y sin los cuales no se entienden las altas expectativas que tenían los conservadores de cara a las andaluzas; unas expectativas que se vieron reforzadas con la designación de Macarena Olona como candidata a la Presidencia de la Junta de Andalucía. Así, los 14 escaños que cosechó Vox en el 19-J supieron a poco, pese a mejorar su resultado de 2018. El objetivo era pisar la moqueta del Palacio de San Telmo y no se logró.
Finalmente, Olona fue un bluf. Antes de aterrizar en Andalucía, la abogada del Estado en excedencia era uno de los principales activos de Vox, y apenas 40 días después de las elecciones, anunció que dejaba la política por motivos de salud, para volver un mes después, ya recuperada y lejos de Vox, al foco mediático. El partido de Abascal rompió relaciones con ella a raíz de unas acusaciones que hizo en relación con cuestiones internas de la formación.
'Annus horribilis' del PSOE
Por su parte, el PSOE ha vivido un annus horribilis. La estrategia del miedo a la «ultraderecha» no funcionó, sino más bien al contrario: tuvo un efecto bumerán. El mensaje de la «mayoría suficiente» de Juanma Moreno para gobernar en solitario caló en el electorado y convirtió al PP en el voto útil para esa parte de los andaluces que no quería ver a Vox en el Ejecutivo autonómico. Los socialistas firmaron su peor resultado en unas elecciones al Parlamento de Andalucía: 30 escaños.
Los del puño y la rosa no levantan cabeza desde que perdieron el poder, como consecuencia del batacazo que se pegaron en las urnas de diciembre de 2018: 33 diputados, entonces su suelo electoral, que provocó la salida de Susana Díaz de San Telmo y de San Vicente, donde Juan Espadas la sustituyó como secretario general. Andan sin rumbo y siguen al dictado el argumentario que les llega cada día de Madrid, de manera que Espadas se ha convertido en el principal aliado de Pedro Sánchez en el PSOE.
Espadas se mostró incapaz de aprovechar la división existente a la izquierda de su partido, donde Podemos e Izquierda Unida, juntos pero no revueltos, continúan enzarzados por el liderazgo de dicho espacio. Moreno ha dejado en la cuneta al PSOE, hasta este 2022 única fuerza política que había ostentado la mayoría absoluta en Andalucía, la cual gobernó durante 37 años sin interrupción. Eran otros tiempos, sin duda; aunque la corrupción de aquéllos ha estado también presente este año con el caso ERE, varios de cuyos máximos responsables van camino de prisión.