Vecinos de Algeciras se concentran en la Plaza Alta para mostrar su repulsa al asesinato del sacristán Diego Valencia asesinado este miércolesJosé Rodríguez

Testigo directo

Flores y velas en Algeciras tras una noche de miedo y conmoción

Una testigo relata cómo el asesino mató a machetazos al sacristán Diego Valencia, y un musulmán vecino del municipio lamenta lo ocurrido

Conmoción en Algeciras. Nadie puede creerse lo que ocurrió ayer miércoles en una ciudad, por lo general, y según sus lugareños, tranquila, donde vecinos de distinto credo, raza o nacionalidad conviven sin mayores problemas.

El asesinato de Diego Valencia, sacristán de la iglesia de La Palma, en la Plaza Alta de Algeciras, ha dejado un vacío en la ciudad que el ramo de flores y las velas colocados en el lugar donde se perpetró aquél no lo pueden cubrir. Aún se preguntan cómo pudo suceder.

Una testigo de los hechos, llamémosla Marta (nombre ficticio), relata cómo el asesino, «con una tranquilidad absoluta y gritando en su idioma», recorrió la Plaza Alta de Algeciras con el machete alzado hasta dar con Diego Valencia, a quien asestó no sabe cuántas puñaladas.

Flores y velas en la Plaza Alta de Algeciras donde se perpetró el ataqueJosé Rodríguez

Esto ocurrió en una esquina del lugar. No obstante, el sacristán, desangrándose, moribundo, cayó en el centro de la Plaza Alta. El asesino continuó «cebándose» con su víctima, según Marta, cuyo marido fue uno de los tantos que llamó a la Policía para alertar de lo que estaban viendo sus ojos. «Se veía cómo le relucía la sangre», afirma.

Los viandantes que paseaban tranquilamente por allí dejaron de hacerlo. En estas circunstancias, «cómo te vas a acercar a un hombre con una catana; lo único que te sale hacer es salir corriendo mirando para los lados por si hay más gente herida», sostiene.

Marta y su marido regresaron a prisa y «con mucho miedo» a casa; el mismo miedo que dice haber tenido cuando esta mañana ha salido de casa.

Previamente, y desde la parroquia de San Isidro, donde entró, el asesino hirió a otras cuatro personas, entre ellas un sacerdote, Antonio Rodríguez, que fue trasladado al hospital Punta de Europa, donde se recupera tras ser operado.

Los vecinos de Algeciras en la Plaza AltaJosé Rodríguez

Por su parte, Aziz, un vecino marroquí de Algeciras, en la misma Plaza Alta, pide disculpas en nombre de la comunidad musulmana por el atentado, que considera «un caso aislado», puesto que en Algeciras «hay buena relación entre todos».

Señala que «la religión islámica condena esto» y pide «más seguridad» en la ciudad, asegurando que los musulmanes están dispuestos a «colaborar». «Mi mujer y yo no hemos podido dormir esta noche», añade.

A las 12:00, cientos de personas han guardado cinco minutos de silencio en honor al sacristán Diego Valencia; muchas de origen magrebí. El homenaje ha culminado con un espontáneo «¡Va por ti!», seguido de los aplausos de todos los presentes, y el pésame a la familia del religioso.