La Policía detecta elementos de radicalización en redes sociales del autor del ataque de Algeciras
El yihadista que asesinó a un sacristán al grito de Alá trató de entrar en una tercera iglesia
Detenido un hombre en Algeciras tras apuñalar a un cura y matar a un sacristán al grito de «¡Alá!»
Las imágenes del posible ataque yihadista en Algeciras
Diego Valencia, el sacristán de La Palma de Algeciras que adornaba con flores los pasos de Semana Santa
El posible ataque yihadista que vivió Algeciras (Cádiz) este miércoles se saldó con la detención de Yassin Kanjaa, un marroquí de 25 años que mató con un machete a un sacristán y dejó heridas a otras cuatro personas, entre ellas un sacerdote. Kanza residía en España desde 2019 y desde el pasado mes de junio tenía pendiente su expulsión al estar en situación irregular. Esta madrugada se ha procedido al registro de la vivienda en la que residía el detenido y en el día de hoy se está analizando todos los efectos intervenidos, han informado fuentes oficiales a El Debate. Las Fuerzas de Seguridad prosiguen también con el resto de investigaciones y se sigue con los interrogatorios sobre el detenido.
Durante el registro han encontrado varios pendrives y la funda del machete. No se han hallado elementos claros de radicalización en la vivienda, ni se han localizado más armas, ni blancas ni de fuego... Sin embargo, según fuentes policiales, sí se ha podido detectar elementos de radicalización en redes sociales en los últimos meses. Se trata de contenido yihadista muy básico. Los investigadores también tienen constancia de que el detenido, un marroquí de 25 años, tiene antecedentes por problemas psiquiátricos en su país.
Las mismas fuentes han indicado que es falso que el arrestado estuviese siendo seguido por agentes de información o de otros grupos policiales, ni en los últimos días ni anteriormente. Se sabe, además, que el detenido no tiene antecedentes penales ni por terrorismo, ni en España ni otros países aliados.
Como hemos informado, sobre el arrestado se abrió un expediente de expulsión por situación irregular en junio pasado. «Como se trata de un procedimiento administrativo con todas las garantías, su ejecución no es inmediata».
El testimonio de un testigo
El Debate ha recabado el testimonio de un testigo que vivió los hechos en primera persona. «Un hombre entró en San Isidro -afirma-. De repente, agredió al cura y salió corriendo. Se fue a la Palma. Llevaba un cortacocos en las manos. Escuché gritos, muchos gritos».
Según afirmó el citado testigo, el individuo entró en la iglesia de la Palma y tiró al suelo numerosos objetos: velas, el altar... En ese momento, el sacristán se enfrentó a él, sin ver que iba armado con un machete. «La gente salió de la iglesia gritando y huyendo. El sacristán también. Le persiguió.. Y fue en la plaza donde le mató. Después trató de entrar en la capilla Europa, pero las personas que estaban allí, alarmadas por los gritos, habían visto lo sucedido y tuvieron tiempo de cerrar la puerta antes de que entrara. El hombre empezó a dar patadas a la puerta. Frustrado, se fue caminando y entonces apareció la policía local». Son dos agentes locales quienes lo detienen. El atacante no se enfrentó a ellos.
Relación con el salafismo yihadista
Kanza residía con otros dos jóvenes en una vivienda ocupada situada en la calle de Sevilla de la localidad gaditana, que anoche fue registrada por la Policía Nacional que también interrogó a otras personas de origen magrebí que no han sido, por el momento, detenidas.
Fuentes próximas a la investigación indicaron que Kanza gritó «muerte a los cristianos» y «Alá es grande» mientras perpetraba su acción, y han explicado que estaba pendiente de expulsión a Marruecos al encontrarse en España en situación irregular.
El relato del párroco
Por otra parte, el párroco de la iglesia de La Palma de Algeciras (Cádiz), Juan José Marina, ha asegurado este jueves que siempre ha existido una «buena relación» con la comunidad musulmana y «nunca se ha producido ningún problema» con ninguno de sus miembros.
El sacerdote ha relatado que, antes de este ataque, nunca ha habido ningún problema con la comunidad islámica y ha precisado que la parroquia tiene «una apertura especialmente grande» y que el 75 % de las personas que acuden al servicio de Cáritas son musulmanes.
«En la parroquia jamás ha habido problemas», ha asegurado Marina, que ha calificado lo ocurrido como «una pesadilla» y ha detallado que el sacristán asesinado era una persona «polifacética» y «muy querido» después de más de quince años desempeñando esta labor.
El auto del juez
El juez explica en su auto que la Policía Nacional le entregó este miércoles un primer oficio en el que hacía un repaso de lo ocurrido desde que el detenido entró en la Iglesia de San Isidro con intenciones que «se desconocen», según apunta El País. Una vez allí inició una discusión con los allí presentes, manifestando a los feligreses de forma vehemente que la única religión que hay que seguir es la religión islámica.
El magistrado explica que, tras abandonar el lugar «profiriendo mensajes en árabe cuyo contenido se desconoce», el hombre regresó sobre las 19.40 horas. En ese momento, los fieles que estaban dentro pudieron escuchar «cómo alguien ubicado en el exterior de la iglesia profiere gritos en árabe».
El juez incide en que una vez finaliza la misa, el sacerdote encargado de la misma bajó del púlpito para comprobar lo que estaba ocurriendo. En ese momento, el investigado, portando en su mano un machete de grandes dimensiones y de forma súbita, habría atacado al sacerdote causándole lesiones de gran gravedad.
El magistrado también explica que el detenido también intentó atacar a una de las personas que fue testigo de la agresión al propio sacerdote.
Relato policial
El relato policial asumido por el juez, añade el medio, señala que el presunto yihadista huyó entonces del lugar y se dirigió a un centro de culto católico llamado Virgen La Palma, ubicado a unos 200 metros del otro templo. Allí se encontró con el sacristán al que posteriormente asesinó cuando este abandonaba el lugar por una puerta trasera.
En ese instante, relata Gadea, el detenido inicia varias acometidas sobre el sacristán, causándole unas primeras lesiones e intentando huir, aunque finalmente es alcanzado en la calle. El juez describe cómo, en ese momento, el presunto agresor da la puñalada mortal a la víctima tras mirar al cielo y gritar palabras en árabe, informa Ep.
Una vez que se encuentra en el centro de esa plaza, añade el magistrado, es alcanzado por el atacante, quien, una vez que le tiene en el suelo, sujeta la catana con ambas manos y, alzando la mirada al cielo y gritando unas palabras en árabe entre las que se escucha la palabra 'Allah [Alá]', le asesta una última estocada mortal.