Gibrexit
El cuento de nunca acabar del tratado de Gibraltar: el 23-J impide un acuerdo «lo antes posible»
Las negociaciones han quedado paralizadas debido al adelanto electoral cuando el documento ya estaba prácticamente ultimado para su firma en las próximas semanas
Hace unos días, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, expresaba su confianza en que las negociaciones del tratado de Gibraltar se puedan culminar «lo antes posible», las mismas palabras que consensuaron el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y su homólogo británico, Rishi Sunak, tras la conversación telefónica que mantuvieron al respecto a principios de mayo. Sin embargo, el adelanto de las elecciones generales al 23 de julio desmiente al ministro Albares.
El acuerdo entre la Unión Europea y el Reino Unido sobre la relación pos-Brexit del Peñón con España y el resto de los Veintisiete tendrá que esperar hasta después de las generales, ya que, pese a tratarse de un tratado que negocian Bruselas y Londres, hay ciertos aspectos que se deben consultar al Gobierno de España para que dé su visto bueno, extremo hoy por hoy inviable.
El tratado deberá cerrarse con el Ejecutivo resultante de las elecciones generales del 23 de julio, que podría ser de un color distinto al actual –o los actuales, mejor dicho–, a tenor de los resultados de las elecciones municipales y autonómicas y de las encuestas. En este sentido, el Gobierno colonial de Gibraltar teme que un hipotético Gobierno del Partido Popular (y Vox) cambie los términos de las negociaciones, que se vienen desarrollando desde octubre de 2021.
Hasta la fecha, Bruselas y Londres han celebrado 13 rondas de negociaciones, la última de ellas a finales de abril en la capital británica, para elaborar un tratado que tiene como base lo pactado entre España y el Reino Unido en la Nochevieja de 2020.
El objetivo común de las negociaciones es crear una 'zona de prosperidad compartida', una idea un tanto incierta que pasaría por la supresión de la Verja, según la propuesta que ha puesto encima de la mesa el Gobierno de Pedro Sánchez, junto con la Comisión Europea. Sin embargo, dado que Gibraltar no forma parte del espacio Schengen, sería necesaria la realización de controles fronterizos tanto en el aeropuerto como en el puerto del Peñón.
Éste ha sido uno de los asuntos más espinosos de las negociaciones. El Reino Unido y Gibraltar han rechazado de plano la presencia de agentes españoles en suelo gibraltareño, ya que consideran que ello pondría en entredicho la soberanía británica del Peñón, una cuestión que el Gobierno de Sánchez ha renunciado a abordar en el marco de estas negociaciones.
La solución que ha planteado España es que agentes de Frontex –la agencia europea de control de fronteras– se desplieguen junto con la Policía en los nuevos puntos fronterizos durante un periodo inicial de cuatro años, según confirmó el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, tras su reunión con su homólogo británico, James Cleverly, el pasado mes de diciembre en Madrid.
Negociaciones paralizadas
El ministro Albares ha venido defendiendo en estos últimos meses que «la pelota está en el tejado del Reino Unido», al tiempo que ha dejado claro que las negociaciones no pueden ser eternas. Esa premura por alcanzar un acuerdo, teniendo en cuenta también que en España había previstas generales para diciembre, ahora adelantadas a julio, y que Gibraltar también tiene cita con las urnas a finales de año, quedó plasmada tras la conversación telefónica de Sánchez y Sunak.
Ambos líderes coincidieron en la necesidad de que la Unión Europea y el Reino Unido cerraran «lo antes posible» el acuerdo sobre Gibraltar, lo que generó la esperanza de que se hubiera entrado ya en la recta final de un proceso que se inició hace ya más de dos años. Es más, según fuentes diplomáticas, el documento ya estaba prácticamente ultimado para su firma en las próximas semanas.
Sin embargo, a raíz del adelanto electoral, no se esperan nuevas rondas de negociaciones hasta después del 23-J, ni siquiera se puede confirmar que vaya a haber tanto sólo una. Es el cuento de nunca acabar del tratado de Gibraltar. El tiempo dirá si, tal como se ha planteado el asunto, resulta o no positivo para los intereses de España que aún no se haya alcanzado un acuerdo con el Reino Unido sobre el encaje del Peñón respecto a nuestro país.