Vista del aeropuerto de Gibraltar con La Línea de la Concepción (Cádiz) de fondoAeropuerto de Gibraltar

Gibrexit

El Reino Unido se niega a compartir el aeropuerto de Gibraltar por amenazar la soberanía británica del Peñón

Las autoridades británicas temen que las negociaciones del tratado de Gibraltar después del 23-J por un Gobierno del PP con Vox

Las negociaciones del tratado de Gibraltar se han paralizado. El adelanto de las elecciones generales en España al próximo 23 de julio, cuando estaban previstas inicialmente para diciembre, va a provocar que no se celebran más rondas de negociaciones hasta después de esta cita con las urnas. Sin embargo, las conversaciones se han estancado a cuenta del aeropuerto del Peñón.

Desde el Reino Unido acusan al Gobierno de España de realizar «demandas inaceptables» que amenazarían la soberanía británica de Gibraltar. Estas «demandas inaceptables» tendrían que ver con la gestión del aeropuerto, la cual rechaza compartir el Reino Unido, ya que otorgaría a España jurisdicción sobre el aeródromo, según publica The Times.

«Los españoles han pedido un marco regulatorio sobre la gestión del aeropuerto que implica jurisdicción española, que no es algo que Gibraltar pueda tolerar», afirma el vicealmirante David Steel, gobernador de Gibraltar. Según Steel, «en el Acuerdo Marco de Nochevieja de 2020 se dejó de lado el tema de la soberanía. Ahora España lo ha reintroducido».

La soberanía de Gibraltar, en realidad, siempre ha sido la cuestión de fondo de las negociaciones. Cuestión aparte es que ni el Reino Unido ni España, mejor dicho, su Gobierno, hayan querido afrontar esta realidad.

Tanto unos como otros esgrimen lo pactado en la Nochevieja de 2020 para cerrar un Gibrexit pacífico. El objetivo es crear una 'zona de prosperidad compartida', una idea un tanto incierta que pasaría por el derribo de la Verja, lo que supondría, a su vez, el traslado de los controles fronterizos hasta el puerto y el aeropuerto de Gibraltar, situado en instalaciones de la Real Fuerza Aérea británica. Aquí encallaron las negociaciones, aunque las partes han encontrado una solución.

«Hemos llegado a una fórmula que significaría que Frontex [la agencia europea de control de fronteras] administraría la frontera en nombre de la Unión Europea, supervisada por funcionarios españoles, como el estado fronterizo de la Unión Europea responsable de la implementación de los controles de Schengen», reconoce el gobernador de Gibraltar.

«¿Qué significa supervisado? Debemos asegurarnos de que no se extienda a la soberanía, que no exceda lo que podamos aceptar en términos de jurisdicción y control», puntualiza.

Miedo a Vox

Por otro lado, según The Times, entre las autoridades británicas existe el temor de que las negociaciones puedan romperse tras las elecciones generales en España, ante la posibilidad de que los españoles traigan de vuelta a un Gobierno «hostil a cualquier tipo de compromiso sobre el territorio», especialmente si Vox forma parte de él.

El diario británico subraya que Vox ha reclamado el cierre de la Verja para «asfixiar» a Gibraltar y recuperar la soberanía sobre la colonia. En este sentido, un alto funcionario español habría comentado que «si llegan al poder, el trato está prácticamente muerto».

«Ahora tenemos una ventana muy estrecha para cerrar el acuerdo. Es posible, pero no somos optimistas. Hay ciertas líneas rojas sobre las que no estamos preparados para comprometernos», según una fuente diplomática británica.

Miembros de Vox desplegaron una gran bandera de España en lo alto del peñón de Gibraltar en 2016

Del mismo modo, desde The Times imputan al ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, un «endurecimiento» de las demandas de España en las negociaciones del tratado de Gibraltar desde que en julio de 2021 ocupara el cargo. Albares ha venido defendiendo en estos últimos meses que «la pelota está en el tejado del Reino Unido», al tiempo que ha dejado claro que las negociaciones no pueden ser eternas.

El diario británico también publica que los funcionarios españoles afirman que el Reino Unido y Gibraltar «son el obstáculo para un tratado», puesto que un acuerdo «reajusta ligeramente la balanza de la soberanía a favor de España, pero debilita la posición negociadora de España a largo plazo, ya que un tratado reconocería implícitamente la soberanía del Reino Unido».

«A un beso de distancia»

Por último, The Times acusa a España de vender que el tratado estaba listo para firmar y que la parte británica, en especial Gibraltar, es el responsable del estancamiento de las conversaciones; un extremo que el ministro principal de Gibraltar, Fabián Picardo, desmiente: «Todos los involucrados saben que he sido una fuerza de bien en este proceso, buscando sacar las cosas adelante y evitar los escollos que históricamente todos sabemos que nos pueden llevar a no llegar a un acuerdo».

«La única vez que sería un obstáculo para avanzar es cuando el tema propuesto sea la soberanía, la jurisdicción o el control, y entonces no sólo seré difícil, seré el escollo en el que todo caiga», advierte Picardo. No obstante, el ministro principal de Gibraltar asegura que «un acuerdo está a un beso de distancia».

«Soy optimista de que podríamos llegar a un acuerdo si los temas que están sobre la mesa no implican que ninguna de las partes tenga que perder en un tema de importancia fundamental», concluye Picardo.