La oscura leyenda de la calle del ataúd de Sevilla

Las calles de Sevilla han estado y estarán continuamente transformándose a medida que pase el tiempo. Un buen ejemplo de esto es la calle ataúd de Sevilla, un callejón que por corto y estrecho llevaba se nombre. Este desembocaba en la calle vida, pero ya no existe. Una obra de ampliación de la Plaza Doña Elvira en el siglo XIX hizo que esta calle dejará de existir, pero las leyendas sobre esta calla nunca desaparecieron.

La historia inicia con su protagonista, Miguel Mañara, un aristócrata sevillano del siglo XVII. Era un hidalgo que vivía una buena vida, pero en un momento determinado experimentó un hecho que transformó profundamente su vida, concretamente sus creencias religiosas, hasta el punto de llegar a fundar el Hospital de la Santa Caridad.

Se dice que Mañara estaba paseando por el barrio de Santa Cruz con Alonso Pérez de Velasco, su paje. Al llegar a la iglesia de Santa Cruz, escucharon unos cánticos fúnebres. Estos lo atribuyeron a un entierro, pero al asomarse no vieron nada.

Siguieron su camino sin pensar mucho más en ello. Sin embargo, al llegar a la calle ataúd, Mañara sintió un fuerte golpe, tanto que cayó al suelo bruscamente. En la calle no había nadie que podría haberlo tirado, aun así tanto el como su paje pudieron escuchar una voz que decía «traigan el ataúd que ya está muerto».

Lo curioso de la historia es que este suceso, que parece que mataría a Mañara, en realidad le salvo la vida. Ese día, mientras estaba de paseo, alguien le aguardaba en casa para quitarle la vida.

Actualmente, se encuentra el Hospital de la Caridad donde estaba la calle. Dentro de este, se conserva el rótulo original de la calle ataúd. Está en uno de los patios, sobre un pozo flanqueado por dos columnas. Bajo la placa hay un azulejo que rinde honor y recordatorio de la calle ataúd y su leyenda. También existe otro azulejo que dirige a quien sea que lo siga a la habitación que ocupo Mañara hasta el día de su muerte.