Condenado por maltrato la pareja de la mujer hallada muerta en Motril

Este jueves el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número cinco del municipio granadino de Motril, competente en Violencia sobre la Mujer, ha emitido una sentencia en la que condena por maltrato habitual a la pareja de la mujer hallada muerta hace una semana en una caravana, en un cortijo de esta localidad. Sin embargo, el detenido no está siendo investigado por la muerte de Irene, de 51 años.

Según han informado fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), el hombre ha aceptado la condena que se ha fijado en «50 días de trabajo en beneficio de la comunidad y ocho meses de alejamiento y prohibición de comunicación respecto de la víctima», algo innecesario ya a estas alturas.

El cuerpo de esta mujer fue localizado el jueves de la semana pasada con «contusiones y signos de una muerte violenta» en una caravana aparcada en un cortijo de Motril. Como explicó hace unos días el delegado del Gobierno en Andalucía, Pedro Fernández, la investigación continúa sin que exista «un indicio claro» de qué pudo ocurrir,.

Los investigadores siguen recabando datos sobre la autopsia y de las inspecciones oculares, así como pruebas periciales y testificales de este «complejo caso», como aseguró Pedro Fernández. El delegado ha abogado por «dejar trabajar» a la Policía «en la confianza de que finalmente se pueda descubrir qué es lo que ha ocurrido y detener» al presunto autor, en caso de confirmarse el crimen.

La detención de la pareja sentimental de la víctima se produjo después de que la Asociación La Volaera, que había atendido en varias ocasiones a la mujer natural de Madrid, entregara a la Policía Nacional una serie de audios y mensajes de Whatsapp en los que se retrataba la «situación crónica de maltrato» que padecíaIrene, según detalló María Martín, la presidenta de esta asociación

En un primer momento, tras el hallazgo del cadáver, la Policía le tomó declaración al detenido, pero «se descartó» su vinculación con la muerte pues tenía «una coartada». Por lo que, hasta el momento no existe ningún nuevo indicio derivado de la autopsia o de las pruebas forenses practicadas que lleve a los investigadores a pensar lo contrario.