Los bastetanos y bastetanas no se lo ponen fácil al Cascamorras porque utilizan miles de litros de pintura

Los bastetanos y bastetanas no se lo ponen fácil al Cascamorras porque utilizan miles de litros de pinturaTurismo Baza

Granada

El Cascamorras no logra tampoco este año «robar» la Virgen de la Piedad de Baza

Esta fiesta que enfrenta a los pueblos de Guadix y Baza quiere ser declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco

El Cascamorras ha vuelto a fallar este año en su misión de apoderarse de la Virgen de la Piedad de Baza. Como cada seis de septiembre, a las 18:00 horas de la tarde, se ha celebrado de nuevo esta fiesta tan popular, lúdica y tremendamente dinámica, llena de colorido, con un gran participación de jóvenes y no tan jóvenes, a la que han acudido alrededor de 12.000 personas.

Según cuenta la leyenda, un año después de la reconquista cristiana de Baza, que tuvo lugar el 4 de diciembre de 1489, ocurrió un hecho singular. Mientras un grupo de albañiles trabajaba en las ruinas de una antigua iglesia mozárabe, destruida en tiempos de los almohades, un peón del vecino pueblo de Guadix, Juan Pedernal, golpeó con su pico un muro y en ese momento se oyó una exclamación: «¡Baza, Guadix, tened piedad de mí». Fue entonces cuando el sorprendido Juan descubrió una imagen de la Virgen, escondida desde el siglo XII para evitar su profanación. La talla fue recuperada sin daño alguno, excepto una pequeña huella en sus mejillas del golpe recibido por el albañil. Esto dio origen a su nombre actual de Virgen de la Piedad.

Juan Pedernal pensó que la talla debería pertenecer a Guadix por ser él quien la había encontrado, pero los bastetanos la reclamaron como propia por haber sido hallada en su ciudad. Se originó entonces un pleito entre ambas ciudades hasta que se determinó que la Virgen de la Piedad permanecería en Baza pero, si un comisionado de la ciudad de Guadix lograba entrar en Baza y llegar a la iglesia de la Merced sin pintar y completamente limpio, podría recuperar la Virgen para Guadix.

Desde entonces, cada año, en la madrugada del 5 al 6 de septiembre, un vecino de Guadix, elegido para encarnar al Cascamoras, sale de la ciudad a pie, acompañado por su fiel tamborilero, tras haber recibido una calurosa despedida por parte de todos los accitanos. El día siguiente, sobre las 6 de la tarde, tras haber recorrido los casi 50 kilómetros que separan ambas ciudades, el Cascamorras llega a Baza. Vestido con un traje traje multicolor, parecido al de un arlequín, recorre un trayecto de unos tres kilómetros, distante entre el cerro de las Arrodeas y el convento de la Merced, donde se guarda la imagen de la Virgen de la Piedad. Para recuperarla, el Cascamorras llegar al fin del trayecto sin ninguna mancha en su traje. Obviamente, una multitud de bastetanos agolpados en sus calles, se lo impedirán.

El día 9 de septiembre, como cada año, el Cascamorras volverá a Guadix, donde será recibido con el mismo ceremonial que a su salida.

Este año 2024, José Heras, ha sido el accitano que ha vuelto a encarnar al Cascamorras, seis años después de haberlo hecho por primera vez en el año 2018. Heras ha señalado que se ha encontrado muy ilusionado por poder revalidar su imagen junto a los más queridos y recordados de las últimas décadas de Guadix y Baza.

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