La Fiscalía pide 17 años de cárcel para el terapeuta de Almería acusado de robar y matar a su camello

este martes la Audiencia provincial de Almería ha vivido una intensa sesión judicial. La Fiscalía ha pedido una pena de 17 años y medio de prisión para el terapeuta que habría matado deliberadamente a un amigo al que también le compraba estupefacientes en su casa del municipio de El Ejido.

La fiscal considera que el contexto en el que se produjo la sustracción del teléfono móvil, que el acusado se llevó de la vivienda el 2 de julio de 2021, determinaría la comisión de un robo con violencia y no un hurto. Además ha sostenido que el acusado tuvo en todo momento la «intención de matar» a la víctima puesto que «no se ha probado que hubiera pelea o lucha» en la que el acusado actuara para «salvar su vida» o en «legítima defensa», sino que lo hizo a «sangre fría» y «con brutalidad y desprecio» a la vida del finado en el marco de un supuesto robo.

Los forenses que examinaron el cuerpo de la víctima han determinado que las heridas provocadas con un cuchillo se habían dirigido a «zonas vitales», como el pecho y la cabeza, donde el terapeuta le ensartó a su amigo una puñalada los diez centímetros de hoja del arma homicida.

Por su parte los agentes y efectivos de los servicios de emergencias que accedieron a la vivienda por un balcón, han explicado que encontraron un «escenario preparado para el crimen» con un «ventilador», «incienso» y un «respiradero tapado» para disimular olores. El cadáver de la víctima se hallaba «arrinconado en el fondo de la cocina».

Las colillas halladas en la vivienda fueron el «detonante» para identificar, a través del ADN al acusado, quien habría permanecido en el domicilio «varias horas» en base a la posición de los teléfonos móviles antes de marcharse a Roquetas de Mar, donde el terapeuta hizo entrega del terminal telefónico de la víctima a otro toxicómano.

Abogado pide un máximo de cuatro años

El abogado de la defensa ha apuntado que su patrocinado tan solo pudo haber cometido un «homicidio imprudente», por el que pide un máximo de cuatro años de prisión condicionado por atenuantes de legítima defensa, haber actuado bajo los efectos de sustancias estupefacientes y confesión extemporánea.

Por su lado, el acusado ha manifestado que no entró en casa de la víctima el día de los hechos «con intención de nada» ni «buscando una agresión», aunque sí que se ha reconocido como consumidor de estupefacientes en el momento de los hechos, por lo que ha asegurado que ya por entonces «estaba dejando de dar terapia porque era contradictorio con lo que estaba haciendo» y no se veía «responsable de otras personas».