La extensa franja de arena dorada que bordea la ciudad de Cádiz representa un ícono indiscutible en la región andaluza, destacándose como una de las principales playas de la zona. Con una longitud que alcanza los 650 metros, se encuentra enmarcada entre los imponentes Castillos de Santa Catalina y San Sebastián. Esta playa urbana sobresale sin igual, eclipsando incluso a los parajes naturales vírgenes de otros lugares. Su belleza se encuentra intrínsecamente ligada al entorno urbano, donde resaltan el renombrado balneario de Nuestra Señora de la Palma y del Real, así como las robustas fortificaciones defensivas que la rodean.