Golpe a la principal red de narcotráfico en el Estrecho

Ha sido desmantelada la principal red de narcotransportistas del Estrecho que trabajaban vía marítima en Embarcaciones de Alta Velocidad (EAV) gracias a la Operación Grajuela.

Esta importante intervención policial, que ha impedido cuatro operaciones por parte de la organización, se ha saldado con la detención de 31 personas y 24 registros domiciliarios.

A raíz de ello, han incautado tres armas cortas, 1.400.000 euros en metálico, 19 vehículos de gran cilindrada, sistemas de comunicación, material informático, dos narcolanchas en ubicadas en Portugal y tres más en España.

Desde una lujosa urbanización en Lisboa, un conocido narcotraficante dirigía y coordinaba las operaciones navales de la red criminal. Además, contaban con una sólida infraestructura y una extensa red de colaboradores en Sanlúcar de Barrameda, la ciudad natal de los líderes del grupo.

Este trabajo conjunto, ejecutado al mismo tiempo en España y Portugal, ha desembocado en el desmantelamiento de la red criminal responsable de las recientes incautaciones de 4.000 kilogramos de hachís y 627 kilogramos de cocaína.

Las coordinación de la agrupación era absoluta para llevar a cabo sus fines. Contaban con una media de entre ocho y diez narcolanchas de alta velocidad que siempre estaban en el agua. Por otro lado, también disponían de embarcaciones más pequeñas cuyo objetivo era suministrar a las grandes con todas las herramientas necesarias. Como por ejemplo, combustible o enseres.

Datos de la investigación

En mayo de 2023, la investigación inició su curso cuando las autoridades descubrieron que la organización criminal intentaba recolectar un cargamento de 6.000 kilogramos de cocaína de un narcosubmarino proveniente de Sudamérica. Sin embargo, problemas mecánicos causaron el hundimiento de la embarcación durante la travesía, frustrando así el plan delictivo.

A partir de ese momento, la atención de la policía se centró en desentrañar la estructura de la organización, confirmando que sus líderes residían en las localidades gaditanas de Sanlúcar de Barrameda, Chipiona y El Cuervo

Los miembros de la organización contaban con altas medidas de seguridad y tenían a su disposición las últimas tecnologías para controlar todas las operaciones desde la distancia. Esta también les permitía una total vigilancia a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad que operan en el Estrecho.

La base de las operaciones en nuestro país era Sanlúcar de Barrameda. Lugar clave debido a su orografía y a la gran de red de colaboradores de la que disponían.