Gibraltar invade aguas españolas con bloques de piedra para construir un megaproyecto urbanístico
El Peñón se expande ganando, poco a poco y sin cesar, metros de suelo marino perteneciente a España
La empresa de origen vietnamita TNT Global Foundation ha conseguido la luz verde para tramitar la edificación del gigantesco complejo urbanístico Eatside en la zona de La Caleta –Catalan Bay– a partir del levantamiento de unos espigones forjados en el mar.
No es la primera vez que Gibraltar usa la técnica de expandirse comiendo metros al mar para ejecutar sus proyectos urbanísticos. La limitación de zonas en las que levantar construcciones es una preocupación actual para el Peñón, que ha encontrado la solución a esta problemática ganando, poco a poco y sin cesar, metros de suelo marino perteneciente a España según el Tratado de Utrecht, en vigor desde 1713.
Actualmente el Peñón se encuentra completamente rodeado de grúas, camiones, escombros y albañiles ejerciendo su trabajo. Ningún recoveco de la colonia británica se libra del polvo levantado por las obras. El trasiego de material de construcción es constante y los carteles de «Precaución. Área de construcción» decoran gran parte de la superficie.
El proyecto Eatside, además de suponer todos estos inconvenientes para los lugareños, incide de manera directa en el ecosistema natural de La Caleta. Las protestas por esta cuestión no dejan de sucederse. «Los vecinos se han quejado porque van a acabar con la biodiversidad de La Caleta», traslada un gibraltreño a El Debate. Además, añade que los caleteños están muy enfadados porque la construcción les va a arrebatar las vistas de las que antes disponían.
En el mismo camino dos gibraltareñas narraron a nuestro medio que los residentes del área mencionada estaban alzando sus voces porque «se van a cargar la playa». Estas reivindicaciones también se han trasladado desde organizaciones ecologistas que batallan por la protección del medioambiente.
Verdemar-Ecologistas en Acción ha puesto de manifiesto que el levantamiento de estas instalaciones acabaría con gran parte de, incluso, especies protegidas. «Estamos vigilante ante los nuevos rellenos que Gibraltar va a ganar al mar, al este en la Zona de Especial Conservación del Estrecho Oriental», apostillan.
La pintoresca zona, con casas de colores situadas en la franja este costera, se verá transformada al completo por la edificación del complejo. Actualmente pueden observarse las seis torres de edificios conocidas como Hassan Centenary Terrace, dos de ellas aún por acabar envueltas en andamios. Una grúa situada encima de un espigón de reciente construcción junto a los edificios es el vivo ejemplo de lo que queda por llegar.
Estas torres son solo el comienzo del megraproyecto Eatside, que albergará 1.300 viviendas de lujo, 100 apartamentos asequibles dirigidos a las ciudadanos de Gibraltar, espacios comerciales, un hotel con unas 200 habitaciones, un parque de grandes dimensiones y un puerto deportivo para alojar a embarcaciones de mayor envergadura. Desde los pisos ya en pie se trazarán todas las edificaciones hasta llegar a La Caleta, mediante plataformas erigidas en el mar.
Cómo afecta la construcción a España
El hecho de que Gibraltar amplíe su superficie mediante la construcción en suelo marino no es algo nuevo. Sin embargo, la construcción Eatside va a convertirse en una de las mayores transformaciones del territorio gracias a la ocupación de aguas españolas.
En 1713, el Tratado de Utrecht determinó la concesión a Reino Unido de la ciudad, su puerto, su castillo y las correspondientes defensas y fortalezas. No obstante, el pacto no determinó en ningún momento la adjudicación de las aguas que rodean a Gibraltar.
«El istmo, al igual que las aguas adyacentes o el espacio aéreo suprayacente, no fue cedido por España y ha permanecido siempre bajo soberanía española. La ocupación de facto continuada por los británicos no cumple los requisitos del Derecho Internacional para la adquisición de soberanía», recalcan desde el Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación de España.
Y añaden: «Esa es la razón por la que España siempre ha subrayado que la ocupación del istmo es ilegal y contraria al Derecho Internacional y, por tanto, ha reclamado siempre su devolución sin condiciones. España no reconoce la ocupación del istmo ni la verja como frontera».