La reconocida cabecera ha enmarcado a este pueblo gaditano como la localidad con más carisma de todo Cádiz
Cádiz
Este es el pueblo blanco de Cádiz con más carisma, según National Geographic
Esta localidad gaditana no tiene ni playas, ni chiringuitos, pero posee una belleza inconmensurable
El prestigioso medio de comunicación National Geographic ha resaltado un pueblo blanco de Cádiz por ser el más carismático de la provincia, sumado a una lista de porqués para acudir a visitarlo.
Al pensar en Cádiz y en turismo, es inevitable que sus preciosas playas sean la primera imagen venida a la mente. No obstante, el territorio andaluz esconde muchos rincones que deben ser visitados al menos una vez en la vida. Un claro ejemplo de ello es Vejer de la Frontera.
La arquitectura de Vejer de la Frontera es uno de las principales reclamos
La reconocida cabecera ha enmarcado a este pueblo gaditano como la localidad con más carisma de todo Cádiz y tiene más de una razón para concederle este título. Solo con ver el enclave a lo lejos erigido en un monte de 200 metros de altura, el visitante puede hacerse una idea sobre las posibilidades reales de quedarse pretendidamente enamorado de este municipio.
La arquitectura de Vejer de la Frontera es una de las principales cuestiones que han hecho que el conocido medio otorgue la mencionada distinción a la población. Sus enrevesadas callejuelas, los arcos que enmarcan las calles, los patios y las murallas recuerdan a la cultura árabe que habitó en Vejer más de 500 años.
Leyendas de Vejer
La presencia árabe es tan fuerte que existe incluso una leyenda que da sentido al gran parecido entre Chefchaouen y Vejer. La historia narra que el emir Sidi Ali Ben Rachid se enamoró de una vejeriega que fue a vivir con él tras convertirse al Islam. Según cuentan, la gaditana se encontraba en Marruecos muy triste porque extrañaba sus raíces y el emir mandó levantar un pueblo calcado a Vejer en Chefchaouen para hacer feliz a su amada.
National Geographic insiste en la idea de no dejar el pueblo sin visitar su castillo rodeado de una imponente muralla. Además, le suma al listado de imprescindibles la Iglesia de la Merced, el arco de Sancho IV, la Puerta de la Villa, el Convento de las Monjas Concepcionistas y la Plaza de España, punto céntrico del pueblo rodeado por numerosos bares donde disfrutar del paisaje de casas encaladas y superpuestas.
En la misma línea, una de las recomendaciones más subrayadas es empaparse de la historia de las cobijadas, mujeres que llevaban una vestimenta típica del pueblo. Esta indumentaria era de origen castellano y cubría a las vecinas con un conjunto hasta los tobillos y mantos negros que solo dejaban al descubierto el ojo izquierdo. El atuendo quedó prohibido definitivamente en 1936. De estas escenas pueden verse esculturas ubicadas a lo largo del pueblo, destacando una tradición que actualmente está en uso en las fiestas patronales.
El traje tradicional quedó prohibido definitivamente en 1936
Conocer Vejer de la Frontera implica subir más de una cuesta, perderse entre sus callejones y emplear más de una vuelta para encontrar aparcamiento. Pero, sin lugar a dudas, cada minuto invertido en localizar un estacionamiento valdrá la pena, porque ningún visitante, al zambullirse en este pueblo, querrá volver a su coche para dejar Vejer atrás.