Cádiz
El pueblo más pequeño de la provincia de Cádiz que te robará el corazón
Su población no supera los 500 habitantes y sus casas encaladas de color blanco son el reflejo de la pureza de su gente
Pasear entre sus callejuelas es una actividad obligada al menos una vez en la vida. Aunque advierten que si visitas el municipio, ya que no querrás dejar de hacerlo. Por si fuera poco, se trata del pueblo que más altitud tiene con respecto al nivel del mar de la provincia andaluza.
El rincón de Cádiz, que dejará una huella en la memoria de quienes lo conozcan, es Villaluenga del Rosario. Un paraje rodeado de naturaleza y buena gastronomía que ocupa una posición alta en la lista de los sitios que pisar de toda Andalucía.
Entre todos sus encantos, destaca la posesión de la plaza de toros más antigua de la provincia. Según subrayan desde el Ayuntamiento: «Es la única plaza de la provincia que no es redonda, tiene forma de trapecio con esquinas ochavadas, aunque ofrece un golpe de vista rectangular. La arena mide 36 por 41 metros y puede aforar hasta 3.000 espectadores».
Además, cuenta con numerosos puntos de interés para los apasionados de la espeleología, al situarse bajo un majestuoso macizo rocoso y estar cerca de varias cuevas. Por si eso fuera poco, se suman a la lista varias instalaciones culturales a las que acudir, como el Centro de Interpretación de la Literatura ‘Pedro Pérez Clotet’, el Museo Taurino o el Museo del Queso.
Pero si hay un festejo que resalta en Villaluenga es la Feria del Queso Artesanal de Andalucía. Este evento, que se celebra todos los años, ha sido declarado de Interés Turístico de Andalucía y se convierte en la excusa perfecta para realizar una escapada de fin de semana.
Historia de Villaluenga
Este pintoresco pueblo fue ocupado por los musulmanes desde el año 716 hasta 1485, cuando Don Rodrigo Ponce de León, Marqués de Cádiz y duque de Arcos de la Frontera, la conquistó. Como reconocimiento, los Reyes Católicos le otorgaron el Señorío de la Serranía de Villaluenga, convirtiéndose en la capital de las siete villas, según un privilegio firmado en Jaén el 11 de enero de 1498.
Con respecto al nombre del municipio, todo apunta a que el apelativo 'Villaluenga' probablemente se deriva de la forma prolongada y fina del casco urbano. El añadido 'del Rosario' se incorporó en el siglo XVIII, en honor a la profunda devoción de los habitantes hacia la Virgen del Rosario, patrona actual de la localidad.