El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares

El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel AlbaresEuropa Press

Gibraltar

Albares ya no tiene nada que decir sobre las negociaciones de Gibraltar y cede el peso a Bruselas

El ministro de Exteriores vuelve a verse con su homólogo británico en Londres, pero las conversaciones no avanzan y quedan pospuestas hasta que se incorporen a las mismas tanto Fabian Picardo como la Comisión Europea

El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, ha vuelto a verse este lunes en Londres con su homólogo británico, David Lammy, en un intento de avanzar en unas negociaciones para un nuevo acuerdo sobre Gibraltar que sigue dando señales de estar encallado. Las conversaciones continuarán en Bruselas.

Albares aseguraba en declaraciones a los periodistas, al comienzo de su reunión con Lammy, que "abordaremos hoy el futuro acuerdo sobre Gibraltar para asegurarnos de que creamos esta prosperidad común entre Gibraltar y esos 300.000 andaluces que están conectados cada día con el Peñón”.

Por su parte, Lammy subrayaba el interés de Reino Unido por «alcanzar la prosperidad y la seguridad para la gente de Gibraltar con un nuevo tratado que cimiente la relación con España y la Unión Europea».

El tiempo apremia

Lammy y Albares habían indicado que su reunión en Londres se centraría en cuestiones de seguridad en Europa como la guerra de Ucrania pero a nadie se le escapa que la actualidad geopolítica entre ambas naciones pasa sí o sí por el Peñón, y las señales que se emiten es que no hay avances significativos.

Londres no tiene ninguna intención de aprobar ninguna iniciativa que se desvíe de los propósitos exigidos por el Gobierno de Gibraltar, por lo que Lammy esperará a que Picardo se incorpore a la cita para intentar desbloquear la situación.

El Ejecutivo laborista de Reino Unido parte de la premisa de no llegar a ningún tipo de acuerdo por el cual el pueblo gibraltareño pasase a estar bajo la soberanía de otro Estado en contra de sus deseos. Sin embargo, ambas partes son conscientes de que el tiempo apremia y más si se quiere tener un nuevo tratado antes de noviembre, cuando el sistema de control de fronteras del espacio Schengen se aplique por primera vez a la Verja con el objetivo de sacarla del limbo en el que quedó tras la aprobación del Brexit y la salida del Reino Unido de la UE.

España sigue en su postura de, como parte de la UE, no se puede diseñar un protocolo específico para Gibraltar si se quieren incorporar al espacio europeo, lo que necesariamente supone aceptar las directrices de Schengen.

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