Hospital de Can Misses, en Ibiza, donde ejercía la oncóloga andaluza

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Una prestigiosa oncóloga andaluza pierde su plaza fija en Baleares por no acreditar alto nivel en catalán

  • Alicia Quílez, experta en cáncer de mama y ginecológico, pierde su puesto en la sanidad pública balear por no poseer un B2 en catalán

Una prestigiosa oncóloga andaluza, Alicia Quílez, experta en cáncer de mama y ginecológico, ha perdido su plaza fija en Baleares por no poder acreditar un B2 en catalán, el requisito lingüístico que impuso Francina Armengol (PSOE) a los médicos.

Esta gaditana de 36 años ha sido excluida después de tres años en su consulta en el Hospital de Can Misses, en Ibiza, aprobar su oposición y sacar una plaza fija en la sanidad pública. Sin embargo, se queda sin ella como consecuencia de una imposición lingüística aprobada durante la legislatura anterior, con la socialista Armengol al frente.

Según apunta ABC, de nada sirvió el impresionante currículum de la doctora Quílez, miembro del comité científico de la Sociedad Europea de la Oncología Médica (SEOM), especializada en tumores de mama, habiendo rotado en hospitales de prestigio internacional por Nueva York o Londres. Habla, además, inglés, francés y entendía el catalán. Pero para ser admitida en la lista del concurso oposición del Servicio balear de Salud, había que estar en posesión de un título B2 de lengua catalana (nivel intermedio avanzado).

Su plaza, según este diario, y la de otras muchas, han quedado desiertas, siendo ocupadas por oncólogos interinos a los que el actual Ejecutivo regional (PP) no le exige tan alto dominio del catalán.

Cesiones al nacionalismo

El caso de Quílez ilustra las cesiones que Armengol hizo al independentismo. Las bases del concurso oposición eximían de saber catalán a todos los médicos y enfermeras de 49 categorías profesionales, pero tras las presiones de los nacionalistas de Més, la entonces presidenta decidió que categorías deficitarias en Baleares como oncólogos, cardiólogos o médicos de familia, tuvieran que acreditar un B2 para hacerse con plaza fija.

A esta andaluza, dicho requisito le pilló preparando su tesis doctoral en Francia en marzo de 2023, tras haber estado al frente de su consulta en plena pandemia. El portazo de Baleares ha provocado que continúe en el país galo, donde aspira a mejores condiciones económicas y de desarrollo profesional y donde disfrutarán de sus conocimientos y su categoría médica y humana.

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