Gibraltar convierte las aguas españolas en su vertedero particular

Toallitas, compresas y otros residuos son los desechos que se van almacenando en la Zona de Especial Conservación (ZEC) del Estrecho Oriental protegida por la UE. La situación parece que se prolongará, ya que Gibraltar carece actualmente de un sistema de depuración de aguas residuales.

A falta de pan, buenas son tortas. Eso es lo que habrán pensado desde el Peñón al convertir en un absoluto vertedero el fondo marino perteneciente a España según el Tratado de Utrecht firmado en 1713. No solo ganan terreno al mar para ampliar su territorio, sino que además usan parte del este como un basurero.

La problemática ya está afectando de manera directa a la zona del faro de Punta Europa, que se encuentra repleta de basura proveniente de las aguas fecales de Gibraltar. Asociaciones ecologistas como Verdemar-Ecologistas en Acción han denunciado esta situación, publicando un vídeo en sus redes sociales que refleja el triste escenario.

Desde el grupo subrayan que más de un millón de metros cúbicos de desechos y aguas sucias son vaciados en el Estrecho de Gibraltar. A su vez, estos no se quedan acotados en una sola área; debido a las corrientes, llegan a las costas de Algeciras, al Mar de Alborán y al oeste del Estrecho de Gibraltar.

La dramática situación se agrava al tener constancia de que el territorio británico no dispone de un sistema encargado de depurar sus aguas residuales. Directamente lo vierten al mar sin tener en el horizonte una resolución factible a este problema que afecta a una zona protegida. Cabe mencionar que el Peñón lleva años trabajando en tener una planta destinada a este fin; no obstante, el tiempo pasa y este proyecto sigue sin salir adelante.

La biodiversidad del enclave, que ampara dentro de su protección a especies marinas mediterráneas y atlánticas, corre un grave peligro ante el incesable vertido de aguas negras. Asimismo, la salud de los bañistas se ve amenazada por la misma cuestión.

Posición de Reino Unido

«Gibraltar está en una ubicación de crucial importancia para la migración de especies y felicito a todos por los esfuerzos en favor de la conservación de la naturaleza y las soluciones basadas en ella. El trabajo de Gibraltar en estos ámbitos, protegiendo más del 30 por ciento del territorio con reservas naturales marinas y terrestres, desarrollando estrategias sobre cambio climático y viajes, y con iniciativas como la conversión de plazas de aparcamiento en parques verdes, sirve de excelente ejemplo para el resto», recalcó el Rey Carlos III en el Día Nacional de Gibraltar.

La escena planteada en su discurso dista mucho de la cruda realidad. No solo no se está conservando y salvaguardando la biodiversidad de la zona, sino al contrario. Según la asociación ecologista, se está tratando el lugar sin el menor de los miramientos hacia el cuidado del medio ambiente y el bienestar de las personas.