Cádiz
Las obras del edificio Valcárcel comenzarán este año tras dos décadas de abandono y costarán más de 20 millones
La Junta, la Diputación, el Ayuntamiento y la UCA acuerdan iniciar la rehabilitación para usos universitarios
Tras dos décadas de abandono, ya se empieza a aclarar el futuro del edificio Valcárcel de la capital gaditana. Las obras comenzarán a lo largo de este año 2025 después del acuerdo al que han llegado todas las administraciones implicadas en el proyecto: Junta de Andalucía, la Diputación Provincial, el Ayuntamiento de Cádiz y la Universidad de Cádiz.
El enorme complejo, junto a la playa de La Caleta, cuya titularidad corresponde a la Diputación de Cádiz, va a tener un uso universitario y cuenta ya con una financiación superior a los 20 millones de euros. De esta cantidad, tres millones corresponden a la Junta de Andalucía, otros tres a la Diputación, un mínimo de cinco millones por parte del Ayuntamiento de Cádiz y una estimación en torno a los diez millones de euros por parte la Universidad de Cádiz.
Esta inversión empezará a ejecutarse a finales del presente año 2025 y con el acuerdo al que han llegado las cuatro administraciones, se soluciona un problema que «se venía arrastrando desde hace años». Así lo han anunciado este lunes en rueda de prensa celebrada en el Ayuntamiento de Cádiz el alcalde de la ciudad, Bruno García, la presidenta de Diputación, Almudena Martínez, el consejero de Universidades de la Junta de Andalucía, José Carlos Gómez Villamandos, el consejero de Presidencia, Antonio Sanz, y el rector de la Universidad de Cádiz, Casimiro Mantell.
Una trasera renovada
El Ayuntamiento se encargará de la urbanización de todo el entorno y, además, construirá en la trasera un gran espacio público para el barrio de La Viña y para toda la ciudad. La Junta y la Diputación se encargarán de financiar la rehabilitación del edificio, asumiendo Diputación la redacción del proyecto y la ejecución de las obras. La Universidad de Cádiz, por su parte, lo dotará de contenido universitario.
El acuerdo permitirá recuperar un bien de interés cultural «emblemático que se encuentra en una situación precaria», según destacan en una nota las administraciones. Asimismo, se cumple el compromiso de que el edificio sea para la Universidad de Cádiz, que tenga un uso universitario y se dote de actividad un inmueble que se encuentra cerrado «en una zona privilegiada de la ciudad».
El alcalde de Cádiz, Bruno García, ha señalado que «todas las administraciones que estamos aquí presentes heredamos un problema creado por otros y hoy somos la solución». En este sentido, ha recordado que «hoy no están aquí quienes lo cerraron, lo vendieron, no lo rehabilitaron, lo mantuvieron en ruina y no lo hicieron universitario».
Compromiso con Cádiz
El consejero de Presidencia, Antonio Sanz, ha destacado que Valcárcel «siempre ha estado en la agenda del Gobierno de Juanma Moreno porque siempre hemos dicho que era un proyecto de ciudad y que por tanto era necesaria la implicación de todas las administraciones. Desde hoy es parte de un proyecto ambicioso que, además, servirá para revitalizar la zona». Tras este proyecto, asegura, vendrán «la Ciudad de la Justicia y el Hospital de Cádiz, además del impulso a la vivienda, con alrededor de 300 nuevas, muchas de ellas en zonas olvidadas durante muchos años».
Para la presidenta de Diputación, Almudena Martínez, se trata de «un acuerdo sin precedentes». «Reactivar Valcárcel era uno de los objetivos del gobierno de la Diputación para este mandato», ha aseverado y ha recordado que, a su llegada a la Diputación en julio de 2023, «me encontré un edificio cerrado desde hacía 20 años y un convenio para rehabilitarlo sin ejecutar; ahora, en solo 18 meses, damos solución a un problema heredado que ha representado más de dos décadas de oportunidades perdidas para la ciudad».
Hay que recordar que este inmueble situado en un enclave privilegiado es el edificio civil más grande de Cádiz. Se construyó en el siglo XVIII por parte de la Hermandad de la Santa Caridad para ser hospicio en Cádiz. Fue terminado en 1763 por Torcuato Cayón, mezclándose en él las muestras del último barroco gaditano con los nuevos cánones academicistas.