
La batalla de Chiclana, pintada por Louis-François Lejeune
Cádiz
La batalla de La Barrosa: así fue el choque con Napoleón que se conmemora cada marzo en Chiclana
Unos 4.000 soldados de varias naciones dejaron su vida en esta maniobra para romper el cerco de Cádiz
En las mismas playas paradisiacas donde hoy se tuestan al sol españoles y extranjeros, se libró en marzo de 1811 una de las batallas más importantes de la Guerra de la Independencia. Menos conocido que los enfrentamientos de Bailén, los Arapiles o Gerona, el choque entre las fuerzas de la alianza y el ejército napoleónico estaba llamado a ser decisivo y a romper el sitio de Cádiz. La playa de la Barrosa y todo el entorno de Chiclana se tiñó con la sangre de 4.000 muertos de más de cinco nacionalidades.
Desde aquel violento 5 de marzo de 1811, el pueblo de Chiclana rememora la ocupación francesa y el enfrentamiento final. El Ayuntamiento realiza cada año una ofrenda floral ante la placa conmemorativa ubicada en la Biblioteca municipal y diseña un calendario de actividades durante todo el mes de marzo. «Lo que en su día fue el campo de batalla hoy es un espacio de ocio, disfrute y felicidad por parte de muchas de aquellas comunidades y países que participaron en la contienda», recuerda el alcalde chiclanero José María Román, para quien «ojalá esa paz y tranquilidad podamos tenerla por todo el mundo».
A este encuentro anual no falta nunca el Tercio del Sur. Su comandante Alberto Busto cree que «honrar el recuerdo» de las fuerzas en combate «no es solamente un acto de justicia histórica, sino también un compromiso con los valores de unidad, resistencia y patriotismo que ellos encarnaron en su momento».
Una larga ocupación
Pero, ¿qué ocurrió exactamente aquel 5 de marzo? Lo primero que habría que decir es que este enfrentamiento tiene numerosos nombres: fue la batalla de Chiclana para los españoles, la batalla de La Barrosa para los ingleses, la de la Colina del Puerco para los franceses. Participaron españoles, ingleses y portugueses, por parte de la alianza contra la invasión napoleónica y franceses al mando general del mariscal Soult, que sitiaba la ciudad de Cádiz, donde se había refugiado el Gobierno. Junto a ellos, polacos y alemanes participaron en la contienda.Cádiz estaba bajo asedio desde enero de 1810 y en ese proceso de desgaste ocupaba un importante lugar Chiclana, tomada por los franceses el 7 de febrero de ese año. Un año después, con la población local agotada, el movimiento de tropas del mariscal Soult hacia Portugal hizo abrigar la esperanza entre españoles e ingleses de poder romper el cerco de la capital del Gobierno provisional.
En febrero de 1811, el mando toma la decisión de mandar dos contingentes desde Cádiz para desembarcarlos en Tarifa y Algeciras. Desde allí, remontarían hacia Medina Sidonia y atacarían a los franceses de Chiclana por retaguardia. Al mando de los ingleses y portugueses iba el general escocés Sir Thomas Graham; al frente de los españoles, el capitán general de Andalucía, Manuel Lapeña. Juntos, sumaban 14.000 hombres frente a los 10.000 que guarnecían Chiclana bajo la tutela del mariscal Víctor.

Homenaje en la placa conmemorativa de la batalla.
El 5 de marzo, desde el alba, se desatan las hostilidades. Los ingleses se han fuertes en el cerro del Puerco y los españoles avanzan por el pinar y la playa, aprovechando la bajamar. Pero la decisión de Graham de bajar del cerro y dejar solo una guarnición es aprovechada por el mariscal francés para tomar la colina. Ese punto pasa a ser neurálgico y los ingleses y portugueses logran tomarlo de nuevo. Al final de la jornada, Víctor asume la derrota y se repliega, pero Graham rehúse perseguirlo, debido al cansancio de las tropas y espera que los españoles de Lapeña vayan tras él.
Empate técnico
A pesar de ser considerada como una victoria aliada (2.380 bajas francesas y 1.500 hispano-británicas), la decisión de no perseguir a Víctor hizo que el resultado no fuera decisivo y que el cerco de Cádiz por parte de los franceses no se resintiera. Hoy día se asume que la contienda, estratégicamente hablando, acabó en tablas.
Todavía un año más, la población de Chiclana tuvo que sufrir las consecuencias de una guerra que siguió abierta en este frente. Y hoy, 214 años después de la batalla de La Barrosa, el pueblo chiclanero sigue recordando el heroísmo de los que participaron, pero con el deseo de que nunca se repita algo similar en estas tranquilas y hermosas playas.