Cierre de la verja de Gibraltar, en junio de 1969

Cierre de la verja de Gibraltar, en junio de 1969Europa Press

Gibraltar

Los planes secretos de Reino Unido para vengarse de España por el cierre de la verja de Gibraltar

El Gobierno británico pensó pedir a los turistas británicos que no viajaran a España, así como establecer aranceles a productos españoles, pero no llegó a tomar represalias directas

El Gobierno del Reino Unido ha desclasificado recientemente unos documentos que revelan las conversaciones secretas entre el Ministerio de Asuntos Exteriores (Foreign Office), la Junta de Comercio (Board of Trade) y el Tesoro británico para vengarse de España por el cierre de la verja de Gibraltar en 1969. Los papeles, revisados por la televisión pública del Peñón (GBC), muestran el debate interno del Ejecutivo al respecto.

En junio de 1969, España cerró la Verja, interrumpiendo así la comunicación terrestre entre Gibraltar y La Línea de la Concepción. Esto dejó al Peñón sin mano de obra ni productos españoles, incluidos los alimentos, que recibían del otro lado de la línea de control militar. El Gobierno británico consideró esta acción como una provocación y comenzó a barajar medidas de represalia.

Los funcionarios de Londres, liderados por el Ministerio de Asuntos Exteriores y la Junta de Comercio, discutieron varias opciones. España era por entonces el principal destino de vacaciones de los ciudadanos del Reino Unido, atrayendo a más de un millón de turistas británicos al año. El Gobierno del Reino Unido pensó en instar públicamente a sus ciudadanos a elegir otros lugares, argumentando que visitar España era antipatriótico, dado el trato que el régimen franquista estaba dando a Gibraltar.

No obstante, también se contemplaron otras propuestas, como dificultar la entrada en España de los titulares de pasaportes británicos o presionar a los operadores turísticos mediante nuevos impuestos. Se llegó a hablar de suspender los acuerdos de tráfico aéreo, bloquear los vuelos de Iberia hacia Londres o limitar su acceso al espacio aéreo británico. Se sugirió incluso establecer aranceles –tan presentes hoy en el debate público–a productos españoles como el vino o los cítricos.

Otra idea fue retirar la asistencia consular a los ciudadanos británicos en España, con el propósito de generar presión diplomática. De esta forma, los turistas británicos que tuvieran problemas legales en territorio español no recibirían apoyo consular por parte del Reino Unido. El objetivo era crear incertidumbre y desalentar las visitas a España.

Sin embargo, algunos funcionarios se opusieron a esta idea, en tanto que podía interpretarse como un abandono a los ciudadanos británicos en el extranjero, lo que habría dañado la reputación internacional del Reino Unido. Las opiniones en el Ministerio de Asuntos Exteriores británico eran dispares: algunos defendían una respuesta contundente, mientras que otros temían una escalada del conflicto.

Algunos creían que el Reino Unido debía hacer una declaración para proteger Gibraltar, mientras que otros consideraban que España podía soportar las sanciones británicas. Los economistas de la Junta de Comercio se oponían a las medidas que pudieran dañar la economía británica, especialmente en sectores como el turismo y el comercio. La principal preocupación del Tesoro era que las restricciones financieras o de viaje pudieran generar inestabilidad económica y tensar las relaciones con otros socios europeos.

Finalmente, el Gobierno del Reino Unido descartó la idea de las represalias directas, ya que se temía que fueran ineficaces y causaran más perjuicios que beneficios. En lugar de ello, optó por centrar sus esfuerzos en defender la soberanía británica de Gibraltar y condenar públicamente las acciones de España en foros internacionales.

La Verja, en la actualidad

En la actualidad, el conflicto sobre la verja de Gibraltar, abierta completamente desde 1985, sigue estando muy presente. Se trata de la cuestión de fondo de las negociaciones entre la Unión Europea, con España como parte directamente afectada, y el Reino Unido para definir la relación del Peñón con los Veintisiete tras el Brexit, que dejó a la colonia británica en un limbo jurídico aún no resuelto. El acuerdo supondría, en principio, el derribo de la Verja.

El ministro principal de Gibraltar, Fabián Picardo, y su segundo, Joseph García, han viajado esta semana a Londres para continuar con las negociaciones. El Gobierno colonial ha comunicado que «mantiene su firme compromiso de garantizar un tratado que sea seguro para Gibraltar, dado que no es una opción continuar indefinidamente con el statu quo existente tras el Brexit», aunque «tiene muy claro que sería mejor un no acuerdo que un mal acuerdo».

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