Esta calle siempre se viste de gala en los momentos más importantes del año

Esta calle siempre se viste de gala en los momentos más importantes del añoTurismo de Málaga / Ayuntamiento de Málaga

Málaga

Una icónica calle malagueña, entre las 15 más bonitas de España para pasear

La selección, publicada por la revista Traveler, destaca la elegancia decimonónica de esta arteria principal de la ciudad que fue construida en un primer momento para conectar el centro con los muelles del puerto

Nos gustan las listas, no lo podemos negar. Ya sea para clasificar «las mejores tortillas de patata de España», «las 10 películas sobre la mafia que no te puedes perder», «las 20 canciones que tienen que sonar en tu boda» o «los siete pueblos más desconocidos de Andalucía», sentimos la irremediable necesidad de pinchar en el titular y comprobar si coincidimos (o no) con la minuciosa y selecta recopilación de ‘los mejores entre los mejores’ de la que se ha hecho eco la publicación de turno.

En esta ocasión, la prestigiosa revista de viajes Traveler ha querido reunir en una de sus últimas clasificaciones las 15 calles más bonitas de España para caminar. Como no podía ser de otra manera, la calle malagueña por excelencia, Marqués de Larios, está presente. La publicación reconoce que «puede ser típica, tópica, manida… lo que tú quieras, pero es preciosa, elegante y decimonónica». Proyectada por el arquitecto malagueño Eduardo Strachan Viana-Cárdenas, su belleza nace «de las matemáticas, ya que la simetría de sus edificios proyecta un punto de fuga casi perfecto gracias a la alineación de sus balcones y cornisas», explica. No hay malagueño (ni turista) que se precie que no la haya paseado y admirado en Feria, Navidad o Semana Santa.

Marqués de Larios, que recibe su nombre de Manuel Domingo Larios, el inversor que financió la obra con 2 millones de pesetas, fue inaugurada el 27 de agosto de 1891, tras cuatro años de obras que transformaron y modernizaron el centro de Málaga. La nueva arteria sustituyó el viejo entramado de callejuelas de la antigua ciudad musulmana con el objetivo de abrir una calle amplia y moderna que conectara la actual plaza de la Constitución con el puerto y que, además, facilitara el tránsito y la ventilación, algo extremadamente novedoso y necesario para la época.

A lo largo de sus 350 metros de trazado se puede admirar una de las señas de identidad de esta calle: las esquinas curvas de los edificios al más puro estilo de la Escuela de Chicago. Este aspecto, a la vez que la convierte en uno de los ejemplos más puros y reconocibles de la arquitectura decimonónica, nació también por una mera función práctica: facilitar la llegada de la brisa desde el puerto para limpiar y ventilar de malos olores las calles del entorno.

El primer adoquinado de esta famosa calle se realizó en madera, proporcionándole un aspecto muy elegante, pero muy poco práctico. Tan sólo 16 años después, en 1907, tuvo que ser sustituido por bloques de granito debido al desbordamiento del río Guadalmedina, que destrozó por completo el parqué.

Icono de la burguesía, en el momento de su construcción se instalaron sofisticados comercios en los establecimientos que daban a la calle y las plantas superiores se convirtieron en lujosas viviendas para los malagueños más pudientes.

Hoy, y tras su peatonalización y profunda remodelación del año 2002, grandes joyerías, firmas de moda y cadenas internacionales copan estos mismos locales, atrayendo a vecinos y viajeros deseosos de pasear y, por supuesto, mirar escaparates.

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