Málaga limitará las viviendas de uso turístico en beneficio de la «armonía» y la «convivencia»

Siguiendo los pasos de Madrid, Barcelona, Sevilla, San Sebastián, Gijón, Baleares y Valencia, Málaga frena la proliferación de pisos turísticos en la capital. El alcalde malagueño, Francisco de la Torre, y la concejala delegada de Urbanismo, Carmen Casero, han comunicado este pasado lunes la limitación de nuevas licencias de viviendas turísticas únicamente a inmuebles que tengan entrada independiente, además de confirmar que, a día de hoy, se está trabajando en el desarrollo de una nueva ordenanza que regule y limite las zonas más saturadas.

Málaga cuenta con 12.124 viviendas inscritas para uso turístico, según aparece en el Registro de la Junta de Andalucía, frente a las 846 que había hace apenas ocho años. Esto supone que un 2,7 % de todas sus viviendas se destinan al turismo, frente al 1,33 % de la media nacional. Esta vertiginosa multiplicación de las cifras en los últimos años ha desencadenado el imparable ascenso en el precio de la vivienda (tanto en la compra como en el alquiler), además de la «expulsión» de los malagueños del centro de la ciudad a los distritos de las afueras.

«Reconocemos el papel positivo que el turismo tiene en Málaga, por supuesto, tanto de hoteles como vivienda turística, pero queremos que todo se haga en términos de armonía y en términos de convivencia», ha declarado el alcalde.

Según el decreto aprobado por la Junta de Andalucía el pasado mes de febrero, los ayuntamientos tienen plena facultad para limitar o prohibir los pisos turísticos, por lo que el Consistorio malagueño se puso manos a la obra para regular una situación que empezaba a írsele de las manos.

La norma, que entró en vigor el pasado viernes, no afectará de forma retroactiva a las viviendas vacacionales ya existentes e inscritas en el registro. Sin embargo, las 800 nuevas solicitudes que ya se han presentado deberán cumplir con el nuevo requisito exigido para adquirir la licencia: la existencia de una entrada independiente «y si no la tienen, siempre tendrán el camino del alquiler de larga temporada», ha asegurado de la Torre.

Para el Ayuntamiento malagueño, su prioridad respecto a las viviendas turísticas ya existentes reside en «garantizar la convivencia». Por ello, el alcalde ha querido valorar los 2.000 dispositivos que, voluntariamente, han puesto en marcha muchos propietarios para «facilitar el control de ruidos para que no haya ningún tipo de problema», valorando incluso una futura obligatoriedad de los mismos en pos de la «calidad y la excelencia».

Según el propio de la Torre, la norma «no es ninguna mala noticia. Al contrario: más oferta de alquiler, que es lo que queremos para que los precios no se tensionen, para que el mercado de la vivienda esté más sano».