El monumento luce en todo su esplendor tras cinco años de obras de restauraciónPepe Pastor

Málaga

La cripta de los Condes de Buenavista, tesoro del barroco tétrico español, reabre sus puertas tras las obras

Los malagueños podrán acceder a su interior de manera gratuita

Tras casi cinco años de obras de reacondicionamiento, iniciadas como consecuencia de las humedades surgidas en el Hospital Pascual que incluso provocaron desprendimientos en el monumento, la cripta de los Condes de Buenavista, una de las mayores joyas del barroco tétrico español, vuelve a abrir sus puertas al público.

Ubicada en el malagueño Santuario de la Victoria, el conjunto funerario, que data de finales del siglo XVII y principios del XVIII, se encuentra ya abierto a malagueños y visitantes, tal y como ha informado el Obispado de Málaga, a esperas de la inauguración oficial.

Los trabajos de restauración de la estancia, sufragados en buena parte gracias a la ayuda de 93.000 euros otorgada por la Oficina de Rehabilitación Urbana del Instituto Municipal de la Vivienda del Ayuntamiento de Málaga, ha permitido ejecutar las reparaciones de los desperfectos, tanto en los revestimientos de la zona de la sacristía como en los revestimientos y yesería del panteón, mejorando así las condiciones ambientales de la cripta.

Con su reapertura al público, con entrada gratuita para los malagueños y un precio general de seis euros, los visitantes podrán acceder tanto a la cripta como al conjunto de la torre camarín, integrado por la sacristía, la escalera de acceso y el camarín, en una superposición vertical de espacios.

Los Condes de Buenavista, José Francisco Guerrero y Chavarino y Antonia Coronado y Zapata, comenzaron a construir este panteón a finales del siglo XVII para su descanso eterno y el de sus seres queridos. La sala excavada bajo tierra ocupa una estancia de algo más de 20 metros cuadrados y se levanta sobre cuatro columnas que representan la unión entre lo divino y lo humano, custodiando trece nichos familiares agrupados en hileras, las cuales se separan con pilastras de figuras de temática macabra. De las paredes negras emergen esculturas en yeso de personas moribundas y esqueletos, componiendo así el mejor ejemplo del barroco tétrico que se conserva en España.

Desde el Obispado explican cómo se ha interpretado este conjunto monumental como una representación de las tres vías o edades de la vida espiritual del hombre: la cripta cuadrada representa la «vía purgativa», es el nivel terrenal; la «vía iluminativa» corresponde a la escalera, cuya iluminación progresiva simboliza el adelantamiento en la vida espiritual; y la «vía unitiva», la unión con Dios, la representa el camarín, que con su planta octogonal y su riqueza ornamental es mansión de la inmortalidad, donde reside la Virgen.