El cementerio se puede visitar e, incluso, contratar una visita teatralizada para descubrir todos sus secretosCementerio Inglés de Málaga

Málaga

El precioso jardín del centro de Málaga que esconde el primer cementerio protestante de España

Fue impulsado por el cónsul británico William Mark y fundado por Real Orden de Fernando VII en 1831

En el siglo XIX, Málaga era una ciudad que contaba con cierta repercusión internacional debido, principalmente, a su excelente situación geográfica que le proporcionaba importantes relaciones comerciales a través del Mediterráneo. Es por ello que muchos comerciantes ingleses escogían la capital costasoleña como lugar de residencia.

Sin embargo, a pesar de recibir con los brazos abiertos a las comunidades extranjeras que se asentaban en la ciudad, lo cierto es que estas no lo tenían tan fácil cuando se trataba de pasar la eternidad en tierras malagueñas sin ser católico.

Los ciudadanos ingleses que fallecían, los cuales mayoritariamente eran protestantes, tenían que ingeniárselas para ser enterrados de acuerdo a sus creencias. Dependiendo de sus posibilidades y sus influencias, sus restos podían descansar en sus posesiones del extrarradio o en cementerios privados de amistades particulares, siempre de manera clandestina, puesto que no estaba permitido.

Los menos afortunados eran enterrados de forma secreta en los bosques de la provincia e, incluso, los marineros o viajantes eran envueltos en un gran lienzo y enterrados en la playa de pie, mirando al horizonte, quedando muchas veces al descubierto a causa del oleaje y siendo presa de las aves carroñeras. Otros no disfrutaban de tantos miramientos y eran arrojados directamente al mar.

Siendo testigo del trato inhumano que recibían los cuerpos de sus compatriotas fallecidos, William Mark, al ser nombrado cónsul británico en 1824, dedicó todos sus esfuerzos a conseguir que la ciudad de Málaga albergara un camposanto para ciudadanos protestantes.

Así, por Real Orden de Fernando VII, el primer cementerio protestante de España se erigió en abril de 1830 en un terreno despoblado, cedido por las autoridades malagueñas y ubicado en lo que por entonces eran las afueras de la ciudad, cerca de la carretera de Almería.

La pequeña necrópolis es un precioso jardín con gran variedad de especies botánicas y diferentes tipos de enterramientos, desde lápidas sencillas recubiertas con conchas marinas hasta grandes mausoleos familiares. Destaca la tumba de Robert Boyd, primer hombre en ser enterrado en este recinto y figura clave en la historia de España, puesto que fue fusilado en Málaga por su participación en la insurrección de los liberales en diciembre de 1831 junto con 50 compañeros y el general Torrijos a la cabeza.

Figuran, además, otros huéspedes de honor, entre los que destacan el poeta vallisoletano Jorge Guillén, el escritor Gerald Brenan o los marineros de la malograda corbeta alemana Gneisenau, abatida y hundida por un temporal en el puerto de la ciudad.

A día de hoy, el Cementerio Inglés de Málaga está registrado en la Asociación de Cementerios Significativos de Europa (ASCE) gracias a su gran valor artístico, histórico, literario y botánico y fue nombrado Bien de Interés Cultural por la Junta de Andalucía en 2012. A pesar de que en sus inicios sufragaba sus gastos mediante una aportación del gobierno británico, actualmente, y desde su creación en 2006, la Fundación Cementerio Inglés de Málaga, una entidad sin ánimo de lucro, ostenta la propiedad del camposanto y se ocupa de mantener y administrar su legado, vinculado de manera muy estrecha a la historia de la ciudad.