Los reyes de España, Juan Carlos I y Sofía de Grecia con sus hijos Felipe, Cristina y Elena de Borbón, junto con Curro, la mascota de la Expo 92 de Sevilla

Los Reyes Juan Carlos y Sofía con sus hijos, junto con Curro, la mascota de la Expo 92 de Sevilla©KORPA

Sevilla

El 'Cementerio de los Curros', el rincón sevillano donde descansa el personaje de la Expo 92

Curro fue elegido entre 23 diseños para ser la mascota de la exposición universal de aquel inolvidable año

Los 'Curros' se convirtieron en una imagen icónica de Sevilla y pasaron a formar parte del imaginario popular de la ciudad. Este tiene sus orígenes en la Exposición Universal de Sevilla de 1992, más conocida como Expo 92.

Expo 92

La Expo 92 se convirtió en una auténtica efeméride para esta ciudad andaluza. Para ella, se acondicionaron 215 hectáreas que acogieron a 15,5 millones de visitantes. El presupuesto fue de 1.104 millones de euros, que se destinaron a hacer brillar la ciudad con un evento que cambiaría la percepción de Sevilla y de Andalucía para siempre.

Sin embargo, después de 32 años de haberse celebrado, todo esto quedó abandonado o demolido. Muchas de las estructuras que se hicieron fueron desmanteladas y se conserva poco material artístico de la exposición.

¿Quién era Curro?

Para dicho evento, la Sociedad Estatal hizo un concurso para elegir a la mascota. El ganador fue Curro. Creado por Heinz Edelmann, consiguió ganar frente a otros 23 diseños, entro de los cuales estaban los de los españoles Miguel Catalayud y Antonio Mingote.

La mascota de la Expo 92 fue presentada en Madrid el 14 de marzo y el 22 de abril del mismo año en Sevilla. La presentación tuvo lugar en la Plaza de España y reunió a miles de espectadores.

Curro se hizo muy popular y promocionó la Expo 92 alrededor del mundo. Se veía en cada esquina de la ciudad al igual que en todo el merchandising de la exposición. Así, logró ganarse el cariño de los sevillanos y de los españoles como embajador de la ciudad.

En la actualidad, muchas piezas de la Expo 92 sobreviven en Romano Antiguedades, una empresa familiar dedicada a la compra y venta de todo tipo de materiales. Romano, participó en el desmontaje de la Expo 92, permitiendo que conservaran muchas estructuras. Por ello, ahora, en Alcalá de Guadaíra (junto con otros elementos de la Expo 92) existe un «cementerio de Curros». Más de cien curros se encuentran hacinados en este lugar. Se trata concretamente de balancines para niños que se colocaron por toda la ciudad. Funcionaban introduciendo una moneda de cien pesetas y comenzaba a balancearse.

Algunas de estas máquinas todavía funcionan y están a la venta. Otras no funcionan y están casi deshechas.

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