Quién es el sevillano Ángel Boza, el primer miembro de La Manada beneficiado por la ley del 'sí es sí'
Era el más joven del grupo y fue el primero en hablar y en besar a la chica a la que acabaron violando, pero también ha sido el más rápido en gozar de una rebaja de la condena a causa de la polémica norma
El Supremo ha confirmado la rebaja de 15 a 14 de años de prisión para el primer miembro de La Manada de Pamplona en beneficiarse por la aplicación de la ley del 'sí es sí'.
Se trata de Ángel Boza (Sevilla, 1991), uno de los cinco condenados por la violación grupal a una joven en los Sanfermines de 2016 que provocó un terremoto mediático y judicial.
El alto tribunal ha avalado así la interpretación que en su día realizó el TSJ de Navarra de la norma y ha rechazado así los recursos que presentaron tanto la víctima, como la Fiscalía y la Comunidad Foral de Navarra y el Ayuntamiento contra dicha resolución que rebajaba la pena.
El abogado defensor de todos los condenados entiende que el resto del grupo también se acabará beneficiando de dicha reducción.
El más joven del grupo y con antecedentes
En aquel lejano 2016 Boza se trasladó junto a sus compañeros a Pamplona para celebrar los Sanfermines. Era el más joven del grupo y era apodado como 'El cachorro'. Al igual que a sus colegas, le cayeron 15 años de condena en un primer momento.
Al igual que José Angel Prenda, era integrante de los Biris, el grupo ultra del Sevilla FC. Al ser nuevo en el grupo, el sevillano llegó a Pamplona con el reto de pasar una especie de iniciación para ser considerado un miembro más de La Manada. Por eso, fue el encargado de atraer a la víctima. Fue el primero en darle conversación en la plaza del Castillo. También fue el primero que la besó y quien la introdujo, con la ayuda de otro integrante, Alfonso Jesús Cabezuelo, al portal donde se produjo la violación, según se recoge en la sentencia.
El abogado de los miembros de La Manada
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Robo de gafas de sol
Aunque con su participación en la violación grupal de 2016, Boza cometió el delito más grave de su trayectoria, lo cierto es que el sevillano se ha confeccionado un historial de antecedentes por delitos más leves, como robo o contra la seguridad vial.
En agosto de 2018, Boza protagonizó el robo de unas gafas de sol en un centro comercial de Sevilla. Al intentar huir en coche y mientras el vigilante intentaba detenerlo, este fue golpeado con su espejo retrovisor, lo que le valió una condena por hurto y lesiones.
Parece ser que el grupo tenía querencia por estos objetos, ya que Boza y dos miembros más de La Manada también robaron cinco gafas en una óptica de San Sebastián a escasos días de comenzar los Sanfermines donde cometieron la violación. Fueron condenados a pagar 270 euros de multa por ese delito de hurto.
Eso sí, el sevillano no participó en el abuso sexual de otra joven en las fiestas de Pozoblanco (Córdoba) en mayo de aquel año, lo que le valió la condena más baja. Tras dictarse sentencia firme, los cinco integrantes de La Manada acabaron en la prisión sevillana de Mairena de Alcor en junio de 2019, pero en agosto de aquel mismo año, Boza fue trasladado al centro penitenciario de Albolote, en Granada.