Corrupción
El exalcalde de Lebrija dice que no necesitaba despacho en la Faffe, a cuya sede acudía «cada 15 días»
Antonio Torres García (PSOE) asegura que para su labor no necesitaba ningún despacho en la sede de la entidad
El exdirector de la Faffe dice que enchufó a dedo al exalcalde de Lebrija por su currículo «bastante interesante»
El exalcalde de Lebrija, Antonio Torres García (PSOE), ha asegurado que para su labor en la Faffe (Fundación Andaluza Fondo de Formación y Empleo) «no necesitaba despacho» en la sede de esta entidad, a la que acudía como mínimo «cada 15 días» y ha puesto en valor que consiguió captar «hasta dos millones de euros de recursos directos».
A él y al dirigente que le contrató, Fernando Villén, se les está juzgando por presunta prevaricación y malversación en su contratación «arbitraria», como sospecha la investigación. De hecho, diferentes testigos que han ido desfilando estos días por la Sección Tercera de la Audiencia de Sevilla han asegurado que apenas vieron al exedil por allí.
Torres ha negado que se ofreciera directamente a Villén para ser colocado allí por afinidad ideológica entre ambos, sino que, tras conocer «por el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía», el BOJA, que la Junta de Andalucía iba a crear la Faffe para políticas públicas de formación y empleo, decidió entrar en contacto con su director general para ofrecer sus «servicios como profesional de la gestión pública», al haber sido alcalde 24 años, presidente de la Mancomunidad de Municipios del Bajo Guadalquivir, presidente de la antigua sociedad provincial Sevilla Siglo XXI y «diez años profesor de la Universidad de Sevilla».
No necesitaba despacho
En ese sentido, ha asegurado que incluso Fernando Villén «había escuchado hablar mucho» de él, por aspectos como haber «conseguido 164 millones» de euros para la Mancomunidad o «uno de los primeros proyectos de auto empleo en el mundo rural», en este caso para el Ayuntamiento de Lebrija.
Antonio Torres García ha defendido así que antes de su contratación, celebró «dos entrevistas» con el entonces director de la Faffe, también acusado en la causa; exponiendo que él fue contratado para un «puesto técnico adjunto a la dirección de área» para «captar recursos» económicos, desligándose así de que en su primer contrato figurase la categoría de gestor de recursos municipales.
El exedil ha asegurado que para su labor «no necesitaba despacho» en la sede de la Faffe, a la que asistía «como mínimo cada 15 días» para «dar cuenta de su tarea», que se tradujo según ha defendido en la captación de «dos millones de euros de recursos directos» para políticas de la entidad y la firma de decenas de convenios, –50 según ha dicho en una ocasión y 30 en otra–, si bien no fueron firmados por él porque por su cargo no le correspondía, según ha asegurado.