Sevilla
Muere el inspector de Policía José Antonio Vidal, pionero en la investigación de la corrupción socialista
Investigó casos mediáticos como los que afectaron a Juan Guerra, hermano del vicepresidente del Gobierno, y Manuel Ollero, pero también dirigió las pesquisas del crimen de Los Galindos
Un profesional con una intachable y extensa lista de servicios. El histórico inspector de la Policía Nacional en Sevilla, José Antonio Vidal, ha fallecido este domingo en la capital andaluza tras una larga enfermedad.
A Vidal se le recordará por haber dirigido las investigaciones que formaron parte del caso Juan Guerra, y que afectaban al entonces hermano del vicepresidente del Gobierno, o el de Manuel Ollero, director de Carreteras de la Junta. También se encargó de otros asuntos como el crimen de Los Galindos, tras reordenarse su apertura en 1981.
Este policía fue durante doce años, entre 1984 y 1996, el jefe de la Policía Adscrita a los Juzgados de Sevilla y también jefe de gabinete de la Delegación del Gobierno. Fruto de su trabajo, tuvo que vivir muy de cerca los crímenes del Comando Andalucía de ETA, y en concreto, los asesinatos de Alberto Jiménez Becerril y Ascensión García Ortiz; además de los de José María Martín Carpena, Luis Portero y Antonio Muñoz Cariñanos.
La misa funeral se celebrará este lunes 28 de octubre a las 16:00 horas en el Tanatorio de San Jerónimo, y sus restos mortales serán trasladados al cementerio de San José de la Rinconada donde será incinerado.
Pionero frente a la corrupción
Sus investigaciones contra la corrupción nunca fueron fáciles, en parte, por la trascendencia de las personas implicados. Ello provocó que en vida no tuviera los reconocimientos que mereció por su trabajo. «Las presiones fueron brutales», recordaría posteriormente en una entrevista sobre el caso Juan Guerra, que estalló cuando su hermano Alfonso era el número dos del Gobierno de Felipe González, y por el que sus jefes directos quisieron quitárselo de en medio mandándolo a Rota.
Tampoco lo tuvo fácil a la hora de abordar el caso Ollero y cómo funcionaban entonces las tramas de comisiones a los partidos. A raíz de sus avances se empezó a legislar en España el delito de tráfico de influencias. Los comisionistas de este caso aseguraron que cobraban para el PSOE. A este ex director general de Carreteras de la Junta se le imputaron delitos de cohecho y tráfico de influencias a la hora de cobrar comisiones ilegales de las constructoras en diversas adjudicaciones. «Fui el primer policía que incautó in fraganti un maletín de dinero en efectivo», recordaría después.
Su trabajo fue también muy meritorio para reabrir el caso del crimen de Los Galindos cinco años después de aquellos asesinatos. La vía de investigación que abriría entonces, derivados de una posible discusión económica, fue capital para enterrar los errores de la primera investigación que acabarían acusando falsamente del crimen a José González.