Multitudinaria misa en la Catedral de Sevilla para la beatificación del padre Torres Padilla
El templo acoge una solemne misa en el curso de la cual ha sido beatificado el cofundador de la Compañía de la Cruz
La Catedral de Sevilla ha acogido este sábado una solemne y multitudinaria misa en el curso de la cual ha sido beatificado el padre José Torres Padilla, cofundador de la Compañía de la Cruz, conocido como el «santero de Sevilla».
La eucaristía, celebrada abarrotado de público, ha sido presidida por el cardenal Marcello Semeraro, prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos, y concelebrada, entre otros prelados, por el arzobispo de Sevilla, José Ángel Saiz Meneses, el nuncio apostólico en España, Bernardito Auza; y los obispos auxiliares de Sevilla, Teodoro León y Ramón Valdivia.
Un total de 17 obispos llegados de algunas de las diócesis donde se encuentran las 53 comunidades de hermanas de la cruz ha asistido además a la ceremonia, en la que también han participado representantes del Cabildo Metropolitano, 213 sacerdotes, 27 diáconos y 84 seminaristas.
8000 personas
Unas 8.000 personas siguieron en directo la celebración, desde el interior de la seo, el Patio de los Naranjos y la plaza Virgen de los Reyes, donde se instalaron dos pantallas con la señal de la retransmisión. El acompañamiento musical corrió a cargo de la Coral de la Catedral y de la Schola Gregoriana dirigida por el maestro de capilla, Francisco José Cintado.
La emoción presidió una celebración que tuvo como primer momento significativo el descubrimiento del cuadro en el Altar del Jubileo con la imagen del nuevo beato, obra del pintor Raúl Berzosa.
Posteriormente se trasladaron las reliquias del padre Torres Padilla al presbiterio, en unas andas portadas por cuatro hermanas de la cruz. Naturalmente, el instituto que fundaran el nuevo beato y santa Ángela de la Cruz participó en la misa con una multitudinaria representación, con la madre general, sor Reyes María de la Cruz, al frente.
«Un sacerdote siempre fiel»
El cardenal Semeraro se refirió al beato Torres Padilla como «un sacerdote siempre fiel, que vivió su ministerio en profunda unión con el Señor, que era su fuerza interior, pero también fue un sacerdote dispuesto a darse, a salir de sí mismo para ir en caridad a los demás, semejante a las aguas que manan del templo y hacen crecer toda clase de árboles frutales».
En este sentido, destacó del cofundador de la Compañía de la Cruz «la unidad de vida o, si queremos usar una fórmula ignaciana, el ser contemplativo en acción».
Aludiendo a la declaración de un testigo en el proceso de beatificación y canonización destacó que el beato conseguía compaginar oración y estudio. «Pasaba dos horas estudiando y tres meditando sobre lo estudiado y así conseguía dar profundidad a su vida. Otro testigo subrayó que estaba lleno de dulzura hacia los demás, especialmente hacia los más pobres», ha destacado.
Sobre su vida, ha señalado los testimonios según los cuales «recorría incansablemente los barrios de la ciudad, especialmente Triana, para atender a los pobres e indigentes». «Se decía de él que era una especie de prestamista a fondo perdido; un canónigo extraño que tiene por amigos a vagabundos y vendedores ambulantes», añadió el prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos, que no dejó atrás otra faceta del beato, al que se le conocía como «el santero de Sevilla».
«Entre los que se beneficiaron de su guía estuvo santa Ángela de la Cruz, a quien apoyó en la misión de fundar el Instituto de las Hermanas de la Cruz», ha remarcado.
Por su parte, el arzobispo de Sevilla tomó la palabra al término de la misa para agradecer al papa Francisco «por este gran regalo a la Archidiócesis» de Sevilla. A continuación subrayó una frase del padre Torres Padilla que ha quedado grabada como un clásico de espiritualidad: «No ser; no querer ser; pisotear el yo, enterrarlo si posible fuera», todo un lema que ha sido recordado varias veces en la ceremonia.
Tras destacar diversas facetas del nuevo beato, el arzobispo de Sevilla agradeció al nuncio, el Cabildo y la coral, su participación en una misa que ha quedado para la historia reciente de la Archidiócesis. Expresamente, en la persona del cardenal Semeraro, expresó su gratitud hacia todo el personal del Dicasterio para las Causas de los Santos.
Particularmente, tuvo palabras de agradecimiento hacia el postulador en fase romana, Salvador Aguilera, quien ha leído una reseña de la vida del padre Torres Padilla; y todos los colaboradores de la Archidiócesis de Sevilla, especialmente Teodoro León, postulador en la fase diocesana, y la delegada actual, María del Monte Chacón.
Saiz Meneses concluyó su intervención recordando que esta causa, que fue iniciada por su antecesor, Juan José Asenjo, «ha llegado a feliz término en el primer grado de la beatificación».