Restos de sangre y piezas de vehículos en el lugar de la reyerta en las Tres Mil Viviendas

Restos de sangre y piezas de vehículos en el lugar de la reyerta en las Tres Mil ViviendasRocío Ruz | Europa Press

Sevilla

Condenan a siete años de internamiento a dos menores por el doble crimen de las Tres Mil Viviendas de Sevilla

Una reyerta entre clanes se saldó con el asesinato de un padre y su hijo por arma de fuego y apuñalamiento, respectivamente

El Juzgado de Menores número 1 de Sevilla ha condenado a siete años de internamiento en régimen cerrado a dos menores de edad por el asesinato de un padre y su hijo durante una reyerta con armas de fuego ocurrida el pasado mes de junio en las Tres Mil Viviendas.

En la sentencia, que les atribuye delitos de asesinato, se declara probado que fue la madrugada del día 3 de junio de 2024 cuando los dos jóvenes, junto con otras personas mayores de edad, «con ocasión de previas desavenencias familiares entre la hermana» de uno de los menores y la familia de la pareja de esta, y «tras haber recibido llamadas de auxilio» de la referida hermana, se dirigieron a la calle donde esta residía a bordo de un vehículo que conducía el padre de uno de los menores.

De este modo, «una vez llegados a las inmediaciones del domicilio», el primero de los fallecidos «fue atropellado, sufriendo fractura de la tibia, herida esta que lo dejó inmovilizado en el suelo y sin posibilidad de desplazamiento ni de defensa».

«Al ver esto, se produjeron varios disparos hacia el vehículo» conducido por el padre de uno de los menores. Del coche se bajaron entonces ambos menores, que, junto con otros mayores, se dirigieron hacia el varón, «que continuaba con vida tirado en el suelo, herido, inmovilizado y sin posibilidad de defensa, al que, simultáneamente los dos menores en compañía de los mayores, comenzaron a golpear y apuñalar».

Como consecuencia de estos hechos, el varón agredido sufrió, entre otras, varias heridas de arma blanca de carácter superficial y hematomas por todo el cuerpo compatibles con el atropello. No obstante, la causa determinante de la muerte fue las heridas por arma de fuego, que no se atribuyen a los menores.

La sentencia relata, a continuación, que la hija de este varón trató de evitar la agresión e intentó protegerle, momento en el que uno de los menores de edad le clavó en la cabeza la navaja que esgrimía, hechos por los que se atribuye a este joven un delito de lesiones con instrumento peligroso.

Seguidamente, y según la sentencia, los dos menores acusados y los mayores que les acompañaban se dirigieron contra el segundo de los fallecidos, que se encontraba a escasos metros. Entonces, «concertados con la intención de acabar con su vida, le obligaron a ponerse de rodillas» y, «mientras unos le sujetaban por los brazos y la cabeza impidiendo que pudiera defenderse, le asestaron diez puñaladas por todo el cuerpo».

Este segundo varón agredido, hijo de la primera víctima, se desplazó «como pudo» hasta la tapia de unas vías del tren, donde fue encontrado posteriormente por la Policía, que lo trasladó al Hospital Virgen del Rocío, donde finalmente falleció.

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