Casa Real
Sánchez acapara los viajes y reduce al mínimo la agenda exterior del Rey
Desde que llegó a Moncloa, han ido disminuyendo los desplazamientos de Don Felipe, que no ha vuelto a intervenir en Davos ni en la Asamblea General de Naciones Unidas
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha realizado esta semana un viaje a Brasil y Chile que, según Moncloa, tenía como objetivo impulsar las relaciones económicas entre España y esos dos países. Pero la gira ha servido también al jefe del Ejecutivo para quitarse de en medio en una semana muy incómoda para él, con la tramitación de la ley de amnistía y el goteo de escándalos por la trama de las mascarillas del caso PSOE.
Los viajes a Brasil y Chile han sido solo dos desplazamientos más entre los cerca de 200 viajes oficiales que ha realizado Sánchez desde que llegó a La Moncloa en junio de 2018 y empezó a acaparar la política exterior dejando la actividad internacional del Rey en la mínima expresión.
Desde que Sánchez es presidente del Gobierno, Don Felipe no ha vuelto a intervenir en la Asamblea General de Naciones Unidas, donde habló en 2014 y 2016, ni tampoco en el Foro Económico Mundial de Davos, en el que pronunció un discurso en 2018. Ahora es Sánchez el que va todos los años a estas tribunas internacionales.
Las visitas de Estado, que en tiempos de Don Juan Carlos llegaban a realizarse seis, siete u ocho en un solo año -Don Felipe hizo cuatro en 2019-, se han reducido ahora a dos al año, como si esta fuera una norma de obligado cumplimiento, cuando no existe más límite que el que los intereses de España requieran. De hecho, siempre ha habido una lista de invitaciones pendientes de atender, pero en los diez años de reinado, los Reyes apenas han realizado 15 visitas de Estado.
Como Sánchez tenía previsto acaparar la mayor parte de la política exterior, reasignó de nuevo al Rey los viajes a Iberoamérica para representar a España en las tomas de posesión de los presidentes, una función que Don Felipe realizaba cuando era Príncipe de Asturias, pero que había dejado de hacer tras el relevo en la Corona.
Aunque Sánchez no puede hacer visitas de Estado porque no es jefe de Estado, lo cierto que los programas de sus viajes se diseñan a imagen y semejanza de las visitas de Estado que realiza el Rey.
Salvo la cena de gala que los países anfitriones suelen ofrecer en honor de los Reyes y la recepción a los españoles que residen en ese país, la agenda de Sánchez suele incluir los mismos actos que una visita de Estado: recibimiento a pie de pista, honores, revista a algún batallón, reunión bilateral con el jefe de Estado anfitrión, encuentro empresarial e incluso ofrenda floral a los héroes del país visitado. Claro que, por mucho que se parezcan los programas de los viajes, cada uno los desarrolla con su estilo personal y se aprecian enormes diferencias.