Casa Real El Gobierno trata como asunto de Estado los ataques a Begoña Gómez, pero consiente los insultos al Rey
Sánchez nunca ha retirado embajadores por los ataques a la Monarquía y ha tolerado los desprecios de sus socios al Jefe del Estado
El Gobierno no tolera los ataques a la esposa de Pedro Sánchez, pero consiente que se insulte al Rey. Sánchez considera que los insultos a su mujer son una cuestión de Estado; pero no lo son los ataques al Jefe del Estado. Al Rey le han llamado «vago», «corrupto», «ladrón» o «impresentable», ante el silencio del Gobierno.
El mismo Gobierno que ha llamado a consultas a la embajadora de España en Argentina y ha convocado a su homólogo en Madrid por los ataques de Javier Milei a Begoña Gómez, lleva seis años consintiendo que cualquier mandatario extranjero o sus propios socios de Gobierno insulten al Rey. Es más, el PSOE está a favor de debatir la despenalización de las injurias a la Corona.
Sánchez ha consentido, por ejemplo, que el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, llamara «ladrones, sinvergüenzas y asesinos» a los Reyes de España y afirmara que «se robaban las tierras y asesinaban a nuestros antepasados indígenas”. O que el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, dijera que el Rey de España avala «en pleno siglo XXI el genocidio, los crímenes, las violaciones y los asesinatos de millones de hombres y mujeres".
Según Maduro, "es una ofensa para toda América que el Rey de España aún celebre el 12 de octubre, el día que empezó el genocidio más grande de la historia».
El que fue número dos de Nicolás Maduro, Diosdado Cabello, también insultó al Rey sin que el Gobierno saliera en su defensa. Cabello llamó «vago» a Don Felipe y dijo: «¿Cómo un tipo así, que no tiene nada que ver con moral ni ética, que representa a las cosas más oscuras, a las monarquías, nos habla de democracia? ¿Quién es él? ¡Qué vergüenza para ese pueblo español que un tipo como este ande por el mundo hablando de democracia!».
El Gobierno también consintió que el mandatario de México, Andrés Manuel López Obrador, criticara al Rey por entregar un premio de Derechos Humanos a las madres de los desaparecidos forzosos en México, que ya son más de 110.000. «El Rey de España recibe a todos los que van a quejarse», dijo y agregó: «No hay buena relación con el Rey».
Pero el Gobierno de Sánchez no solo tolera los ataques e insultos de los mandatarios extranjeros; también permite que sus socios políticos, como Carles Puigdemont o Arnaldo Otegi, arremetan contra el Rey. O que el diputado de ERC Jordi Salvador afirmara en X que Don Felipe «es un impresentable digno heredero de muchos impresentables. Un hombre que ha renunciado a ser persona por ser un digno sucesor de una monarquía golpista, corrupta y profascista».
O que la diputada de ERC Teresa Jordá afirme en el Congreso que «la institución más alta del Estado está ocupada por una familia de ladrones y corrupta».