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Don Juan Carlos con las Infantas Elena y Cristina, el pasado abril en Madrid

Don Juan Carlos con las Infantas Elena y Cristina, el pasado abril en MadridGTRES

Casa Real  La verdad sobre la reducción de la Familia Real: no fue el Rey quien excluyó a sus hermanas

Las Infantas Elena y Cristina quedaron apartadas de forma automática al aplicarse un real decreto de 1981

Diez años después de la proclamación de Don Felipe como Rey se sigue repitiendo como cierta la falsa creencia de que fue él quien decidió reducir el número de miembros de la Familia Real, excluyendo de la misma a sus hermanas, las Infantas Doña Elena y Doña Cristina. Sin embargo, nada más lejos de la verdad.

Don Felipe no tuvo nada que ver con esa decisión. En realidad, es un real decreto de 1981 el que establece quién forma parte de la Familia Real. Y ese decreto señala que solo se consideran miembros el Rey de España, su Augusta Consorte, sus ascendentes de primer grado, sus descendientes y el Príncipe heredero de la Corona. Por lo tanto, las hermanas del Rey no son miembros de la Familia Real.

Las Infantas Doña Elena y Doña Cristina, así como sus hijos y sus cónyuges -mientras estuvieron casadas-, sí formaban parte de la Familia Real durante el reinado de Don Juan Carlos, porque ellas eran hijas del Rey, pero dejaron de serlo de forma automática la medianoche del 19 de junio de 2014, cuando se produjo el relevo en la Corona y se convirtieron en hermanas del Rey.

Una reducción automática

A partir de ese momento, la Familia Real quedó integrada exclusivamente por seis miembros: los Reyes Don Felipe y Doña Letizia, la Princesa de Asturias, la Infanta Sofía, Don Juan Carlos y Doña Sofía.

Como consecuencia de este real decreto, se producen situaciones peculiares, como es el hecho de que Doña Elena y Doña Cristina sean Infantas de España y ocupen el tercero y sexto puesto, respectivamente, en la línea de sucesión a la Corona, pero no sean miembros de la Familia Real.

Esta definición de Familia Real se hizo para delimitar dónde debían inscribirse los nacimientos, matrimonios y defunciones de cada uno de los familiares del Rey, si en el Registro Civil de la Familia Real, que tiene uno específico, o en el Registro Civil General.

Un Registro con más de 150 años

El Registro Civil de la Familia Real se creó el 22 de enero de 1873, dos años después de que se implantara el Registro Civil para todos los ciudadanos en España. Curiosamente, el Rey Amadeo de Saboya sancionó este decreto 20 días antes de que renunciara al trono y se proclamara la I República.

Sin embargo, el Registro de la Familia Real no se anuló hasta la II República, en 1931, y se restableció el mismo día que murió Franco, el 20 de noviembre de 1975, de forma que todas las actas de los nacimientos, matrimonios y defunciones que se habían producido en esos 44 años fueron trasladadas a él.

Entre esas actas estaban las del nacimiento de Don Juan Carlos en Roma, su boda con Doña Sofía en Atenas, y los nacimientos del Príncipe de Asturias y las Infantas Elena y Cristina, que figuraban en el Registro Civil General.

El futuro de la Infanta Sofía

Seis años después se reguló mediante el Real Decreto 2917/1981, de 27 de noviembre, sobre Registro Civil de la Familia Real, que sigue en vigor y establece lo siguiente: «En el Registro Civil de la Familia Real se inscribirán los nacimientos, matrimonios y defunciones, así como cualquier otro hecho o acto inscribible con arreglo a la legislación sobre Registro Civil, que afecten al Rey de España, su Augusta Consorte, sus ascendentes de primer grado, sus descendientes y al Príncipe heredero de la Corona».

Si este real decreto se mantiene vigente el día que Doña Leonor sea proclamada Reina, su hermana, la Infanta Sofía, también dejará de ser miembro de la Familia Real de forma automática.

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