Casa Real La sorprendente «mala suerte» de los caballos del Palacio Real: llevan dos años sin participar en ceremonias
Patrimonio Nacional echa la culpa a los equinos: reduce su número y dice que dos están de baja y tres en formación, aunque uno de ellos lleva ya tres años aprendiendo el oficio
Los 16 caballos que viven en estos momentos en las Reales Caballerizas llevan más de dos años sin salir del Palacio Real. Todas las mañanas sus cuidadores les cepillan, les colocan las cabezadas, les atornillan los penachos de plumas, les ponen ruidos y música para que se acostumbren a la calle y los sacan a entrenar durante horas en los jardines del Campo del Moro, tirando de una falsa carroza llamada la domadora, que pesa 3.000 kilos.
Pero sorprendentemente los caballos llevan más de 24 meses sin cumplir su verdadera función, que es participar en la ceremonia más solemne, protocolaria y antigua de España: la entrega de las cartas credenciales de los nuevos embajadores extranjeros al Rey.
La última vez que los caballos se ganaron su pienso fue el 23 de septiembre de 2022. Ese día los animales, enganchados a una histórica berlina, fueron al Palacio de Santa Cruz a recoger a los embajadores de Polonia, Perú, Panamá, Sudáfrica, Austria, Kenia y Alemania, y les llevaron al Palacio Real para que presentaran sus cartas credenciales al Rey.
Como en la II República
Desde entonces, los caballos no han vuelto a participar en la ceremonia y todos los embajadores que han llegado después a España han tenido que trasladarse en cuatro viejos Cadillac Brougham, que nada tienen que ver con el esplendor de las carrozas históricas, firmadas por Binder en 1849 y Beckmann en 1855. También durante la II República se sustituyeron las carrozas por coches, como ahora.
La sustitución de los caballos y las carrozas por los viejos coches ha restado brillo y solemnidad a una ceremonia única que suscita la admiración del mundo entero. No solo es la primera imagen de España que reciben los embajadores extranjeros recién llegados a Madrid, sino que, además, la comitiva diplomática, integrada por carrozas con postillón, palafreneros, lacayos y cochero, se había convertido en un reclamo turístico en el corazón de la ciudad.
Seis bajas, tres altas
Según Patrimonio Nacional, la culpa de esta situación la tienen los propios caballos. Consultado por El Debate, este organismo que depende del Ministerio de Presidencia argumenta que actualmente solo «hay 16 caballos en las Reales Caballerizas». Añade que «dos están fuera de servicio por razones veterinarias y otros tres en proceso de doma». Y añade que «para cubrir los ceremoniales protocolarios debemos asegurarnos de que haya un número de caballos en reserva por si hubiera algún imprevisto de última hora el día del acto oficial».
Lo cierto es que en las Reales Caballerizas hay cuadras para 22 ejemplares, hace dos años había 19 y ahora solo hay 16, de manera que en los últimos tiempos se han producido seis bajas y Patrimonio Nacional solo ha cubierto tres, por lo que difícilmente podrá haber suficientes caballos en reserva si no los sustituyen cuando se acercan a la edad de jubilación. Pero, además, si todavía hay tres caballos en formación, ha habido un problema de imprevisión en Patrimonio Nacional, que lleva siglos formando a los caballos y debería prever lo que tardan en aprender.
Milord lleva tres años en formación
Pero lo más sorprendente es que de los tres caballos que están recibiendo formación, Milord, Nico y Nerón, el primero de ellos lleva tres años aprendiendo su oficio, un periodo de tiempo increíblemente largo. De hecho, normalmente, estos caballos ya llegan domados a Palacio y solo necesitan unos meses para aprender a tirar de la carroza.
Milord nació el 21 de mayo de 2014, llegó a las Reales Caballerizas en noviembre de 2021 con siete años de edad y es un caballo tranquilo que se ha adaptado sin problemas, por lo que sorprende que, tres años después, todavía no sea capaz de participar en la ceremonia, como sostiene Patrimonio Nacional. Los otros dos ejemplares, Nico y Nerón, llegaron en 2023, y también han tenido tiempo de formarse. Todos son caballos holandeses, de capa oscura, de gran alzada y fuerte constitución. De hecho, pesan unos 600 kilos.
El principal cometido de Patrimonio
El principal cometido de Patrimonio Nacional, según la ley 23/1982 -que lo regula- es apoyar al Rey y a los demás miembros de la Familia Real para el ejercicio de la alta representación que la Constitución y las leyes les atribuyen. Y acreditar a los embajadores extranjeros es una de esas funciones. Lo lamentable es que se esté restando brillantez a la ceremonia más solemne, protocolaria y simbólica de cuantas se celebran en España. Una ceremonia que solo una Monarquía tan antigua como la española puede ofrecer.