Así es el Elcano por dentro: literas estrechas, escaleras empinadas, taquillas mínimas y buena comida

Poco antes de que la Princesa de Asturias embarcara en el Juan Sebastián Elcano, la Armada invitó a los medios de comunicación a visitar el buque escuela, que está atracado en el muelle de Cádiz, y un equipo de El Debate se adentró en la que será la casa de la guardiamarina Borbón Ortiz los próximos cinco meses.

El Juan Sebastián Elcano es un velero austero, perfectamente mantenido y renovado, y con la solera y el sabor que le dan sus casi cien años de historia. Pero no es un buque cómodo y, mucho menos, para una estancia tan larga, intensa y exigente como los seis meses que permanecerán en él los guardiamarinas y que serán cinco en el caso de la Heredera de la Corona, ya que ella regresará en avión el 5 de junio desde Nueva York para reforzar su formación naval embarcando en otro buque moderno.

A pesar de las mejoras introducidas en los últimos años, las literas, de tres camas una encima de la otra, son estrechas; las taquillas, muy reducidas; los baños, austeros y funcionales, y las escaleras, empinadas y de escalón corto. Pero, en cambio, dispone de otras «modernidades», como es la conexión wifi en toda la embarcación, y próximamente dispondrá también de un motor eléctrico que sustituirá al actual.

Este año se ha reformado la enfermería, los camarotes y aseos de suboficiales y la cocina, y los tripulantes del buque aseguran que a bordo se come bien.

Pero, en cualquier caso, ninguno de los hombres y mujeres que embarcan en este buque van buscando confort, sino algo muy distinto: formarse como marinos de la Armada española, adquirir conocimientos, convivir entre los compañeros, asumir los valores de la Armada y disfrutar de una experiencia iniciática que ellos mismos califican de enriquecedora y única.