Aldea Cívica, Guadalajara

Aldea Cívica, GuadalajaraDe a_marga - Wikimedia Commons

Excursiones

La impresionante aldea de Guadalajara considerada por muchos la Capadocia española

La región de La Alcarria contiene un yacimiento impresionante de lo que fue un proyecto de transformación humana esculpido en roca

La comarca de La Alcarria, Guadalajara, alberga una de las joyas arquitectónicas más particulares de la península ibérica. Abandonada y ya algo desgastada se encuentra la aldea Cívica, una edificación esculpida en la roca llena de arcos, grutas y escaleras, fruto de un peculiar deseo de un sacerdote turolense. Se encuentra ubicada en el valle del río Tajuña, entre los municipios de Masegoso de Tajuña y Brihuega, y se hace difícil no ver la inspiración de la Capadocia turca en el proyecto.

Pero lo realmente curioso de esta aldea es la historia detrás de su creación. Aurelio Pérez, cura del municipio de Valderebollo, también próximo a la aldea, heredó este terreno y decidió transformarlo esculpiendo en la roca. El lugar llevaba habitado durante siglos y ya estaban cuando lo adquirió algunas de las oquedades y galerías. Se tiene constancia de que en 1441 fue comprado el terreno por los monjes jerónimos de Villaviciosa de Tajuña, y se intuye que pueda tener origen celtíbero.

Don Aurelio contrató trabajadores que llevaban a cabo su idea entre los años 1950 y 1970. Algunos piensan que lo que pretendía desde el primer momento era crear un santuario, pero la realidad es que no queda ningún testimonio que lo demuestre. Lo que sí que está claro es el empeño y patrimonio que dispuso en la obra.

Al fallecer, la herencia no trascendió entre sus familiares. La ama de llaves fue la que se quedó con la propiedad y luego fue pasando a sus descendientes, llegando en un momento a montar un bar llamado 'El Cojo'. Este establecimiento acabó cerrando y a día de hoy en la fachada solo quedan los vestigios de un propósito ambicioso. Algunos habitantes siguen viviendo en la aldea, perteneciente al ayuntamiento de Brihuega, y se encargan ellos mismos de la limpieza de calles y del cuidado de fuentes y pavimento.

Este insólito lugar llama a arqueólogos e historiadores, pero también a curiosos turistas interesados por conocer la historia detrás. La construcción es de propiedad privada, y en la entrada hay un cartel con un número de teléfono al que se debe llamar si se quiere conocer. Las visitas están abiertas de jueves a domingo y los actuales dueños cobran 2 euros a adultos por la visita, y un euro a niños. Deben ser grupos de al menos 6 integrantes para que ofrezcan la visita guiada a la aldea. Tiene un acceso muy directo desde la carretera CM-2011.

La edificación consiguió atraer hasta al premio Nobel de Literatura Camilo José Cela, quien emprendió un viaje de 10 días que desembocó en el libro Viaje a La Alcarria. En este libro describía Cívica como «una aldea tibetana o el decorado de una ópera de Wagner». Además añadía «[e]l viajero no estuvo nunca en el Tíbet pero se imagina que sus aldeas deben ser así, solemnes, miserables, casi vacías, llenas de escaleras y balaustradas, colgadas de las rocas y también horadadas en la roca».

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