La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, sale tras declarar ante el juez como investigada por irregularidades municipales, el pasado viernesEuropa Press

El laberinto catalán

En Barcelona nadie quiere a Colau pero, aún, no tiene adversario

A un año de las municipales, el PSC tiene tres nombres para presentar y busca el momento de romper con la alcaldesa

Falta poco más de doce meses para las elecciones municipales, Colau llega exhausta tras siete años de experimentos en Barcelona. Incluso Gerard Piqué verbalizo las dificultades de la Ciudad Condal para seguir despuntando. La Alcaldesa ha gobernado en coalición con el PSC, pero desde las filas socialistas surgen críticas hacia Jaume Collboni, su hombre en el Ayuntamiento al que acusan de no haber sabido marcar su propio perfil.

El equipo de Illa, flamante primer secretario del PSC, ha puesto la maquinaria en marcha para elegir candidato, y para determinar en que momento rompen con Colau con el objetivo de llegar a la convocatoria electoral con las manos libres. El equipo del exministro es consciente que si no se desmarcan de Colau, muy criticada por la sombra de la corrupción en la atribución de subvenciones a organizaciones afines en las que ella trabajo en el pasado, su política de movilidad y urbanismo unánimemente criticada, el incremento de la okupación y la percepción de los barceloneses del abandono de la ciudad y la inseguridad, pueden verse arrastrados por Colau a la que todo el mundo ve como exalcaldesa pero de la vez nadie sabe atisbar quien puede ser su sustituto.

Los republicanos de ERC obtuvieron la victoria en 2019 y solo el voto del ex primer ministro francés, Manuel Valls, eligiendo entre «Guatemala y guatapeor», dio la continuidad a Colau. El jefe de filas de ERC en el Ayuntamiento, Ernest Maragall, no ha podido realizar oposición dado que los acuerdos de ERC y el partido de Colau en el Parlament para garantizar la estabilidad de Pere aragonés (ERC) en la presidencia de la Generalitat le han atado de pies y manos.

Paula Andrade

Junts per Catalunya que en 2019 presento a Quim Forn, en aquel momento cumpliendo condena por sedición y malversación, fue substituido en el liderazgo municipal por Elsa Artadi quien ha mantenido un perfil bajo y aunque hace pocos días fue agasajada en la sede de la Patronal Foment del Treball los cinco concejales de los que parte parecen una renta muy baja para aspirar a la alcaldía.

Colau accedió al poder en 2015 a hombros de la campaña anti PP, que en Cataluña solía dar buenos réditos electorales, pero el tiempo ha pasado a gran velocidad para Colau, no solo el Hermitage ha tirado la toalla de instalarse en el puerto barcelonés, los ciudadanos también parecen haber pasado página de una gestión más a la contra de todo: aeropuerto, hoteles, cruceros, apartamentos, hostelería, que a favor de nada y trufada de riñas entre su equipo dado que sus dos tenientes de alcalde, Janet Sanz y Jordi Martí han competido desde el primer día por la presunta sucesión debido que a cada crisis de gobierno el nombre de Colau siempre está encima de la mesa.

El PSC quiere sacar tajada y busca candidato con el que hacer olvidar la colaboración mantenida con Colau y baraja tres nombres: Salvador Illa, Miquel Iceta y María Eugenia Gay. El PSC confía en efecto Illa y la nostalgia de Barcelona por los grandes alcaldes socialistas: Serra, Pasqual Maragall, incluso Jordi Hereu, actualmente en Hispasat, parece una figura políticamente gigantesca frente a la estatura política de Colau y su entorno. Iceta también podría volver a Barcelona y Eugenia Gay, que dejó el decanato del Colegio de Abogados para cruzar la calle Mallorca e instalarse en el Palacete de enfrente como Delegada del Gobierno en Cataluña es la tercera opción que baraja el PSC, su perfil moderado sería una baza para intentar captar los 6 concejales que obtuvo Valls y Cs en 2019. La demoscopia decidirá en otoño quien es el cabeza de cartel socialista.

En el campo constitucionalista la irrupción de Valents aprovechando el mal momento del PP y Cs tanto tanto a nivel autonómico como nacional así como la más que garantizada entrada de Vox en el consistorio barcelonés, que ha designado a su portavoz parlamentario Juan Garriga candidato, no permite a los socialistas fijar sus objetivos solo por su izquierda compitiendo con los Comunes de Colau y Republicanos sino que le obliga a mantener su atención también por el flanco constitucionalista.