La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, en un pleno del Ayuntamiento

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, en un pleno del AyuntamientoEFE

Otro problema para Colau: la Fiscalía investiga el proyecto de «supermanzana» del Eixample

La plataforma Salvem Barcelona presentó una denuncia contra este proyecto al considerar que el Ayuntamiento podría haber cometido un delito contra la ordenación del territorio

A la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, se le acumulan los problemas. Ahora, la Fiscalía ha abierto una investigación sobre uno de sus proyectos estrella, la «supermanzana» del Eixample. Todo ello, después de que la plataforma Salvem Barcelona presentara una denuncia contra este proyecto al considerar que el Ayuntamiento podría haber cometido un delito contra la ordenación del territorio al haberlo aprobado sin la modificación del Plan General Metropolitano.

Se trata de un proyecto de gran alcance que prevé cambios en las calles Consell de Cent, Rocafort, Comte Borrell y Girona para hacer ejes más verdes. Eso de entrada, porque la idea de Colau es que cuando esté completada toda la reforma se ganen unos 58.000 metros cuadrados para el peatón. Las obras tendrían que empezar ya en junio.

Pero desde la plataforma Salvem Barcelona consideran que estas reformas tendrán efectos muy importantes sobre la movilidad, el comercio y también la actividad residencial en el área metropolitana de Barcelona. Y además creen que es «una actuación arbitraria de la Administración» que tiene una clara intención ideológica, vulnera el interés general y se salta la jerarquía normativa.

A su vez, la teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona, Janet Sanz, ve «voluntad política» en esta denuncia. «No es la primera vez que hay una clara voluntad política de determinados sectores de paralizar las transformaciones que está haciendo el Ayuntamiento de Barcelona», decía Sanz tras conocerse la intención de Salvem Barcelona.

Pero este proyecto de «supermanzanas» también ha sido duramente criticado por entidades como el RACC o la patronal Foment del Treball, por las graves consecuencias económicas que puede conllevar. Desde Foment estiman que, al poner más trabas de acceso a la ciudad para los vehículos, se podría perder alrededor del 20 % de la facturación del comercio y de la restauración, o lo que es lo mismo, unos 3.500 millones de euros, especialmente en el centro y en el Eixample. Y esto, a su vez, comportaría la pérdida de unos 25.000 puestos de trabajo, como mínimo.

Y desde el RACC advierten que una vez completado el proyecto, en 2030, las colas en la ciudad aumentarían hasta los 23 kilómetros, el doble que en la actualidad. Y se traduciría también en más ruido y más contaminación. Y sólo con la reordenación de Consell de Cent, Rocafort, Comte Borrell y Girona, según esta entidad, la concentración de vehículos en el Eixample aumentará en un 25 %.

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